Antonio Caballero se ha plantado a las puertas de Monprint con su hijo Antonio, un amigo y tres furgonetas forradas de pancartas. Allí estará "hasta que aguante" como medida de presión para poder cobrar los 76.500 euros que afirma que le deben el grupo del que depende Monprint, Printone y el propio Monprint.

Antonio, de 59 años y su hijo, que ayer cumplió 26, han llegado de Madrid con lo puesto, con colchones para dormir y un termo para el café, y el propósito de que su protesta se escuche y pueda cobrar antes de que se presente el concurso de acreedores porque "si se presenta, nos van a quitar la mitad del dinero que nos deben un plumazo, pero además, los dos primeros años no cobraré nada y el tercero, solo el 10% de la deuda y sin intereses", según el escrito de solicitud previa del concurso que posee.

Está indignado por la situación, ya que lleva sin cobrar "de Printone, de enero a julio y de Monprint, de marzo a agosto". Esto después de cuatro años de trabajar como transportista para la firma. Por contra, ahora "he pedido préstamos y dinero a mi familia porque me prometieron que me iban a pagar y ahora me van a embargar mi casa", se lamenta.

Y frente a su deuda impagada, hace hincapié en las subvenciones enviadas desde la Junta de Extremadura este año: "Una por más de dos millones de euros y otra de 700.000. En total, la Junta les ha dado 3.118.960 euros y yo me pregunto: ¿Dónde ha ido ese dinero? Porque dinero tiene que haber porque aquí no se para de trabajar".

No confía en que, pese a su protesta, le vayan a pagar, por lo que Antonio tiene claro que recurrirá a la Junta, dado que tiene el 45% de Monprint a través de Sofiex. "La Junta tiene que tomar cartas en el asunto", advierte. Su último recurso será el juzgado.