Los bomberos tuvieron que sofocar la noche del jueves el segundo fuego que se produce en un local abandonado junto al puente Trujillo, que se ha convertido en un refugio de yonquis para desesperación de los vecinos, que esperan que el ayuntamiento obligue a su dueño a que lo tapie sin que dé lugar a más fuegos y más noches en vela porque el solar está comunicado con uno de los bloques afectados a donde se cuelan con total libertad.

Así se lo ha solicitado al ayuntamiento la comunidad de vecinos varias veces por escrito sin resultado alguno mientras su temor a que cualquier día pueda ocurrir alguna desgracia va en aumento. El del jueves fue un pequeño fuego, pero no quieren tentar más la suerte y han recurrido al consistorio ante la pasividad del propietario del local, cerrado solo por una malla y una valla de obra por donde puede entrar cualquiera.

La advertencia la hicieron hace meses los toxicómanos y prostitutas que frecuentan el cercano paseo de la Ribera, lo que eleva la preocupación de los vecinos. "Aquí estamos acostumbrados a ver de todo, desde jeringuillas a chicas entrando con sus clientes, pero nuestra mayor preocupación son los fuegos", explicó ayer la presidenta de la comunidad de vecinos mientras contaba el susto que se llevaron el jueves cuando empezaron a ver el humo que llegaba del bajo. "Con este frío nos da miedo que se traigan una bombona y pueda explotar", insiste con el ruego al ayuntamiento de que tome cartas en el asunto y requiera al dueño para que tapie el local. Además de por los escritos, el gobierno tiene conocimiento del problema por varios partes de la policía local.