Dice el refrán que No hay mal que por bien no venga y en el caso de la obra de transformación de los pabellones militares de Plasencia en residencia de mayores se ha cumplido. Porque el parón en los trabajos, prácticamente desde diciembre del 2019 y la covid-19 y su efecto en los geriátricos han permitido introducir cambios en el proyecto tan sustanciales como un sistema de ventilación más efectivo frente a los virus.

Así, el 35% de las obras incluidas en el reformado del proyecto consistirán en mejoras en la ventilación, como la instalación de conductos independientes para evitar la proliferación de contagios y el filtrado de aire.

También se han previsto nuevas dependencias de control para el acceso seguro de las ambulancias y el área de Enfermería, que inicialmente estaba diseñada para que pudieran atenderse a tres enfermos a la vez, se ha ampliado con dos puestos más, hasta llegar a cinco. Esto supone el 20% del reformado del proyecto.

Por lo tanto, «no ha sido un tiempo perdido porque en el proyecto original había grandes deficiencias», dijo ayer el alcalde, Fernando Pizarro, lo que también defendió el concejal de Urbanismo, José Antonio Hernández. «Hay que ver la película al final, con perspectiva», subrayó el edil.

Otro 45% de las nuevas obras incluidas en el proyecto serán mejoras en las estructuras, ya que «se descubrieron problemas estructurales» al iniciarse los trabajos.

La inversión de esta ampliación de obras será de 467.384 euros, que se sumarán a los 3,2 por los que se adjudicó a Joca. Como el proyecto se licitó por 3,9 millones, queda un remanente de unos 700.000, de donde saldrá la financiación del reformado.

Sobre los trámites para retomar los trabajos, está previsto que el reformado se apruebe la próxima semana en pleno y que, a primeros de marzo, prosiga la obra. Solo se ha ejecutado un 18% y el plazo de ejecución será de 18 meses (el mismo que tenía el proyecto inicial), hasta septiembre del 2022.