Es miércoles. El restaurante abre el jueves y los cocineros y camareros están ya preparando los platos que se servirán y repasando cómo será el servicio en sala. Hasta aquí, podría tratarse de cualquier restaurante, pero en realidad, los cocineros y camareros son los 26 alumnos que estudian el segundo curso de los grados medios de Cocina y gastronomía y Servicios en restauración del IES Santa Bárbara de Plasencia.

El primer servicio de este curso lo realizaron el pasado jueves, pero este restaurante lleva ya diez años funcionando y su fama es tal que hasta el 14 de noviembre no hay ningún hueco para comer y el director tiene ya apuntadas reservas incluso para el mes de febrero.

«Trabajamos con distintos proveedores y con productos de la zona y de temporada, que pasan todos los controles y tienen la trazabilidad» que se exige a cualquier restaurante, explica Juan José Silva, profesor de Productos Culinarios.

Pero además, «intentamos que la gente se sorprenda». Por eso, ningún menú, ningún servicio es igual a otro. Primero, porque son los propios alumnos los que lo elaboran y proponen técnicas, cocciones, guarnición... Y segundo, porque «intentamos que sea muy cambiante, con distintos tipos de servicio y temática». Es decir, que un día puede consistir en un menú ya emplatado y otro en un banquete, en un menú degustación o en un coctáil. Todo para: «Acercarnos lo máximo posible al mundo real. Traer la empresa al instituto y poner a los alumnos en situación de un restaurante real».

De hecho, los encargados del restaurante son siempre los alumnos que en el mes de marzo se marcharán para realizar prácticas en empresas reales, a través de convenios con el instituto.

Cuando lleguen, ya sabrán lo que es cocinar y servir a las 25 personas que tienen cabida en el restaurante del IES Santa Bárbara. Esa experiencia y la que consigan en las empresas les permitirán acceder al mercado laboral. En este sentido, Silva destaca que el nivel de los alumnos «es bastante bueno» y que «la Formación Profesional tiene una inserción laboral mucho mayor que la universitaria. Normalmente, cuando terminan las prácticas, los alumnos se colocan en empresas». Lo único que reclaman es poder contar también con los ciclos superiores porque no los hay en la provincia y los alumnos se marchan a Salamanca.

‘Mise en place’

El restaurante abrirá sus puertas este curso los jueves, a las 14.30 horas, momento en que todos los clientes tendrán que estar presentes para ser acomodados por los alumnos de Servicios en restauración. El precio del almuerzo es de 15 euros, que «se reinvierten en el ciclo formativo, bien en material fungible, en alimentación...», explica la secretaria.

Pero para llegar al servicio, los alumnos habrán pasado días, «hasta cuatro», comenta un alumno, preparando lo que se denomina con la expresión mise en place, es decir, la puesta a punto. Se trata de tener listos con antelación «los fondos, los cortes, las preelaboraciones» y en sala, los platos, cubiertos, copas, vinos y agua que se servirán... Es la base de un trabajo organizado en función de la programación del ciclo.

Los alumnos de primero de los grados medios tomarán el relevo de sus compañeros en mayo, mientras que los de Formación Profesional Básica se encargan de cocinar y servir para que los alumnos de segundo coman antes del servicio. Unos 105 alumnos y 10 profesores trabajan para que el cliente «disfrute y se sorprenda».