Ricardo Esteban es el precursor de las operaciones con laparoscopia en el tratamiento del cáncer de próstata en el hospital Virgen del Puerto. Gracias a su trabajo, y al de sus compañeros de servicio, los pacientes pueden beneficiarse de la aplicación de esta técnica.

¿Qué supone esta cirugía para los enfermos de cáncer?

--Es una técnica de mínima invasión, por lo que evita las grandes incisiones de la cirugía abierta, reduce incluso hasta la mitad el tiempo de estancia hospitalaria, permite obtener mejores resultados en la continencia de la orina y también ayuda a preservar en muchos casos la función sexual del paciente. Además, los enfermos necesitan tomar menos mediación analgésica y como son dados de alta antes, el gasto para el hospital también se reduce.

Entonces, ¿todo son ventajas?

--El mayor inconveniente se encuentra en la dificultad de aplicar la técnica. Requiere una formación específica previa, y muchas horas de práctica. Por este motivo me gustaría agradecer la apuesta firme de la dirección del hospital por las nuevas tecnologías, que aunque son caras, luego redundan en un beneficio importante.

¿Desde cuando se utiliza?

--Aunque la cirugía laparoscópica se usa en el servicio de urología hace casi dos años, es ahora cuando empleamos esta técnica para intervenir tumores de próstata, que es el tipo de cáncer más común en el hombre. De hecho, hemos operado a dos personas únicamente desde su implantación.

¿Y con ella mejoran los índices de curación?

--La efectividad en términos de curación del tumor prostático es similar a la conseguida con la cirugía abierta, lo que realmente mejoran son los resultados funcionales: La recuperación de la continencia urinaria, conservación de la erección...

Imagino que habrá invertido muchas horas...

--Más de 500. Si esto ha sido posible, es gracias al esfuerzo de los médicos y la dirección.