En solo dos días, entre el viernes y el domingo pasados un colegio, la sede de un grupo scout y la sede del club de piragüismo, han sufrido robos y destrozos, lo que ha generado preocupación en los barrios donde se ubican, en Miralvalle, La Data y La Isla. Más aún porque no es la primera vez que desconocidos entran en estos tres centros.

El concejal de Interior, José María Nisa, ha pedido tranquilidad porque "se trata de hechos puntuales; que no son obra de bandas y que la Policía Nacional ya está investigando".

La diferencia con ocasiones anteriores es que los robos no han sido de material importante y de mucho valor, pero sí han causado daños en las propias instalaciones, en unos casos, y en el material robado, en otra.

Así, la sede del grupo scout 0,1 Kennedy 512, en La Data, amaneció el pasado viernes muy dañada como consecuencia de que entraron en la instalación y utilizaron mantas y documentación para hacer un fuego que afectó a las paredes y mobiliario. Según el grupo, se llevaron 20 euros de los scout más pequeños y dejaron allí el material de acampada y ordenadores.

La Concejalía de Juventud hizo ayer público a través de las redes sociales que está trabajando a marchas forzadas para conseguir que, el próximo sábado, la sede pueda acoger la escuela deportiva municipal que gestiona este grupo scout.

También la madrugada del viernes, el colegio Miralvalle sufrió el robo de dos torres de ordenador, tres radiocasetes con CD, cuatro altavoces, un ratón y CD con canciones, según informó ayer su directora, María José Oviedo. Días después, las torres aparecieron destrozadas en uno de los patios del centro.

Además, en la sede del club de piragüismo, situada en el parque de La Isla, rompieron la madrugada del domingo un cristal de la puerta de entrada y se llevaron una decapadora --se utiliza para pegar las palas de los alumnos-- y una taladradora.

Pero también "provocaron numerosos destrozos en las taquillas y en el despacho", según explicaron desde el club, lo que achacan a que los ladrones buscaban dinero, que nunca hay en la sede. El cristal sigue roto y esperan que el ayuntamiento lo arregle pronto.