La pastelería Inpansa, de la calle Talavera, sufrió en la madrugada de ayer un robo después de que uno o varios individuos rompieran el escaparate para llevarse dos tartas. La pérdida de los pasteles fue mayor, porque los ladrones tocaron todos los dulces y "pusieron el cristal perdido al desmigar todos", dijo la propietaria muy disgustada "porque las tartas son lo de menos, lo que me importa es el dinero que me va a costar el cristal". Los vecinos no escucharon a los ladrones "que se fueron con la barriga llena", puntualizó.