El modus operandi era entrar en las viviendas mientras sus inquilinos estaban durmiendo y robar lo que pudieran llevar encima para después marcharse. Así lo hicieron la madrugada del martes en varias viviendas del barrio de La Data. En una entraron, pero solo pudieron acceder a una terraza y no se llevaron nada. En otra, entraron incluso en el dormitorio principal para robar un móvil mientras su dueña dormía justo al lado, y en una tercera, no tuvieron tanta suerte y los dueños les sorprendieron y les retuvieron hasta que llegó la Policía Nacional y pudo detene a los ladrones, dos menores.

En la calle Fabián de Monroy entraron en dos viviendas situadas en un tercer piso. Según explicó una de las víctimas, escalaron hasta una celosía y, cuando llegaron arriba, pasaron a la parte interior, que da a un patio vecinal y accedieron a su cocina. Abrieron una ventana y se llevaron el móvil de la mesilla de noche y dos tabletas que estaban en el salón. No sabe por dónde salieron, si de nuevo por la cocina, o por la puerta de la calle, que tenían cerrada, pero sin echar la llave. A la terraza de la vecina también entraron, pero no lograron entrar dentro de la vivienda.

Ya a las seis de la mañana, entraron en otro piso de la avenida Francisco Rodríguez, pero aquí les sorprendieron sus inquilinos. Un padre y su hijo retuvieron a los ladrones y llamaron a la Policía, que llegó para detenerles y consiguió recuperar los objetos robados y devolvérselos a sus dueños.

preocupación / Una de las víctimas relataba ayer a este periódico que más que haberse llevado un susto piensa en el suceso con preocupación. «Es que los he tenido al lado. Han tenido que agacharse para coger el móvil de la mesilla». Recuerda que el bolso colgaba de su puerta y «se lo han llevado al salón y lo han vaciado, pero no se han llevado nada, no tenía ni 30 euros».

Ha recuperado lo robado, pero para que no vuelva a suceder «los vecinos ya hemos hablado de poner rejas en las ventanas». Eso a pesar de que la celosía que escalaron «mide más de 12 metros» y, en un descuido, podrían haberse caído. Explica además que «estando en comisaría ha llegado un pariente al que también habían robado». Una noche productiva, hasta que les pillaron.