Roberto Iniesta Ojea, conocido como Robe, vuelve a tocar en la ciudad en que nació, Plasencia, y lo hará para abrir la segunda parte de su gira en solitario en grandes espacios, titulada Casi me corto el pelo. No llegará solo, sino rodeado de músicos extremeños, tierra a la que presenta un nuevo proyecto nacido «por las ganas de sorprenderme a mí mismo y a los demás». De su pasado, presente y futuro ha hablado con EL PERIÓDICO EXTREMADURA.

-Hábleme de su niñez en Plasencia. ¿Dónde nació? ¿Dónde vivía? ¿Conserva amistades?

-Nací en casa, en la calle Santo Domingo, creo, y viví luego un poco más arriba de la zona de Correos y, después, en Matías Montero. Todavía tengo amistades de cuando era pequeño.

-¿Cuándo empezó la afición por la música? He leído que tocó en la tuna con 12 años

-Sí. Estaba en La Salle -el colegio- y allí te enseñaban las canciones que íbamos a tocar. Mis padres me compraron mi primera guitarra para entrar en la tuna, pero luego yo seguí tocando por mi cuenta, de manera autodidacta.

-¿Cómo recuerda esos primeros momentos musicales y su evolución posterior?

-Recuerdo aquellos tiempos con alegría, me gustaba tocar, era buen rollito para mí, después, tuve una época en la que me aparté de la música y, a los 21, empecé más en serio.

-Fue pionero en el ‘crowdfunding’ para sacar su primer disco

-Sí, vendí los discos por adelantado. La gente los compró y pude hacer una maqueta, que fui repartiendo hasta que a una discográfica le gustó... Y ahí empezó todo.

-Extremoduro se convirtió en un grupo de culto, pero en Plasencia, fue defenestrado siendo alcalde José Luis Díaz y ahora el ayuntamiento respalda el concierto con el hijo de Díaz como concejal de Juventud y el consistorio le cedió incluso el teatro Alkázar para ensayar. ¿Cómo valora ese cambio de actitud?

-Lo valoro positivamente. A mí me ha contratado una promotora y el ayuntamiento colabora, pero se ha enrollado bien, me dijeron que podíamos ensayar en el teatro... Me han dado todas las facilidades.

-El cantante Huecco va a Las Hurdes para componer y usted vino a Plasencia para ensayar la gira en teatros. ¿Vino por las facilidades, por la tranquilidad?

-Yo vivo a medias entre Bilbao y Plasencia. Estoy en Bilbao en invierno y en Plasencia en verano -porque soy como un arraclán (risas) y este año, como pensamos en hacer esta gira, y los músicos son de la zona, lo más fácil era venir aquí.

-¿Qué le gusta hacer en Plasencia cuando viene?¿Le dejan su espacio?

-Me gusta montar en bicicleta, pero no te voy a decir por dónde (más risas). La verdad, me siento un poco acosado porque la gente te ve y quiere un recuerdo y ahora con los móviles, todo el rato es como estar dentro de la red y a mí me gusta andar a mi aire.

-Se ha rodeado de músicos extremeños. ¿Porque les conocía o porque se siente muy ligado a esta tierra?

-Cuando pensé en este nuevo proyecto, pensé en hacerlo en Plasencia. Conocía a Alber (batería y percusiones) y él me presentó a los demás, que son de Cáceres y Almendralejo. Al principio surgió como algo de entretenimiento, hicimos el primer disco y luego el segundo y después pensamos en hacer la gira.

-Le dieron la medalla de Extremadura y pidió más locales para ensayar. ¿Cree que ha cambiado algo desde su petición?

-Yo soy ingenio y me gusta serlo. Pienso que algo puede haber cambiado, que a alguien le puede haber hecho algo en la cabeza y le haya dado a alguien una oportunidad.

-¿Este nuevo proyecto fuera de Extremoduro está ligado a una evolución personal? ¿A ganas de hacer otras cosas?

-Está hecho por las ganas que tenía de sorprenderme a mí mismo y de hacer algo nuevo y distinto. Si tú no te sorprendes a ti mismo, no puedes sorprender a los demás y las ganas de hacerlo, las ganas, hay que cuidarlas mucho.

-La gira por teatros ha sido más tranquila y ahora llega a la plaza de toros de Plasencia, ¿por qué este escenario?

-Porque no había otro sitio más adecuado. Tampoco estoy tan seguro de que la gira sea solo para teatros. Era raro estar en un teatro con la gente cantando. Desde el principio, no estábamos seguros de cuál era el mejor sitio porque estos discos son más tranquilos, para ver y oír y, a la vez, aunque no es rock duro, hay canciones que tienen mucha intensidad. Por eso, hemos querido ofrecer las dos opciones, de teatros y espacios abiertos, pero en todos los sitios no puedes dar las dos y hemos ido repartiendo.

-¿Qué concierto se van a encontrar quienes acudan el viernes? ¿Habrá normas?

-Hemos tenido un problema con las normas porque en el teatro la gente no entendía el rollo, había mucha bulla y luego está el problema de los móviles, que es como un cáncer. La gente levanta las manos, se pone a grabar y le suda la polla lo que piense el de atrás. Que hagan una foto de recuerdo, lo veo bien, pero no entiendo estar grabando todo el concierto para luego que se vea una mierda, cuando lo tienes ahí delante. Estuve en el concierto de Aerosmith y tenía cada dos por tres una muralla de teléfonos en alto. Me parece absurdo. y en los teatros no se puede grabar.

-¿Entonces la gente podrá hacer lo que quiera el viernes?

-Cada uno que haga lo que le parezca, pero les recomendaría que se guardaran el móvil en el bolsillo. Si vas a un sitio, lo tienes que vivir, además de no estorbar a los demás. Tienen que recordar que tu libertad termina cuando empieza la de los demás.

-Otro aspecto a destacar es su faceta altruista. Han dado 2.000 euros para la operación de un niño, renunciaron a la subvención municipal, trocearon un escenario para rifarlo para oenegés, ¿por qué?

-Siempre que las cosas son fáciles de hacer, no hay por qué no hacerlas. Ahora vendemos camisetas de asociaciones de animales, de refugiados... Lo hacemos porque podemos, ya que llevamos la furgo con nuestro material, así les damos un altavoz y colaboramos con ellos.

-¿Hacia dónde cree que va a evolucionar su música?

-No tengo ni puta idea (carcajadas). De verdad, ni puta idea de lo que voy a hacer cuando acabe esta gira. Extremoduro está en tiempo de descanso y, cuando cada uno acabe su gira, nos juntaremos y veremos qué hacemos. A veces, necesitas planificar las cosas, y otras no, y esta gira está siendo nueva cada día.

-¿Ha pensado alguna vez en el momento de retirarse?

-Retirarme, no lo sé. Hay muchas cosas que se pueden hacer. Por ejemplo, no renuncio a escribir otro libro, pero aún no me ha llegado la chispa de una idea que te haga creértelo, porque lo de escribir lleva muchísimo tiempo y tienes que hacerlo con muchas ganas. No creo que vaya a renunciar a nada, veré lo que me apetece en cada momento, ahora sin planificar.