Un par de guantes, una bolsa de basura, cepillo y recogedor y a limpiar. Es lo que hicieron ayer una veintena de vecinos del Rosal de Ayala por diversas calles del barrio para dar ejemplo y concienciar a los placentinos de la necesidad de no ensuciar para conseguir una ciudad limpia.

A la cabeza de la comitiva, la concejala delegada de limpieza y promotora de la iniciativa, Carmen Blázquez, junto al gerente de la empresa, Rafael Infante. También se sumó a la tarea la presidenta vecinal de Miralvalle, Carmen Acero, y no faltó el presidente del Rosal de Ayala, Agapito Díaz. Ambos elogiaron la idea de salir a limpiar para dar ejemplo: "La limpieza es misión de todos, una cosa es que exijamos a la empresa que limpie y otra que la gente vea que también es cosa suya".

ACTO SIMBOLICO Por su parte, Blázquez calificó la iniciativa de simbólica y aclaró que "no se trata de que los vecinos tengan que limpiar las calles sino de concienciar de que no se debe ensuciar". Así lo hicieron ayer al recoger bolsas, paquetes de tabaco y excrementos de perros de las calles y repartiendo en comercios y entre la gente que se encontraban por el camino los trípticos informativos de la campaña de limpieza. Gracias a su repaso al barrio recogieron hasta una rata muerta y un gran peluche que alguien había dejado ante la puerta de una cochera ajena. Al final, terminaron con una veintena de bolsas repletas, que no tiraron a los contenedores, sino que dejaron en la sede vecinal hasta las nueve de la noche, hora a partir de la cual está permitido tirar la basura.