Los mismos vecinos que voluntariamente han ayudado a levantar la nueva iglesia de Cristo Resucitado en el Rosal de Ayala no quisieron faltar ayer a la inauguración del templo. Multitud de personas esperaron a las puertas la llegada del obispo y le arroparon en procesión hasta su interior en una jornada doblemente festiva, por tratarse del día de la parroquia y por la propia bendición de la iglesia tras ocho meses de obras.

Acompañado por una treintena de curas, entre ellos el párroco de Cristo Resucitado, José Luis Hermoso, que ha trabajado incansablemente para hacer el templo realidad, Amadeo Rodríguez bendijo la puerta, la pila bautismal, el confesionario y el altar y ofició una eucaristía, que terminó con el reparto de chocolate caliente y dulces.

Fue un fin de fiesta que vivieron con mucha emoción los voluntarios y la asociación de vecinos, que ha colaborado estrechamente con la parroquia. De hecho, de los 220.962 euros que ha costado el nuevo templo, unos 90.000 se han conseguido gracias a rifas, obras de teatro, subastas de pasteles, un belén viviente y muchos donativos de particulares. Tampoco han despreciado los trabajos manuales y de sus manos ha salido un confesionario de madera, un pedestal para una virgen, cortinas, manteles y otras obras de carpintería, electricidad o limpieza. Los vecinos seguirán implicados en los actos conmemorativos que continuarán hasta el día 23 y en la recaudación de los 74.000 euros que aún faltan por pagar.