A diferencia del fin de semana anterior, el último del puente festivo ningún vecino ha llamado por teléfono a la policía local para quejarse de los ruidos de las pistas de verano, según indicó ayer el subinspector al mando, lo que supone que los propietarios de estos negocios al aire libre han controlado el volumen tras la queja por escrito que presentó la asociación de vecinos del Rosal de Ayala en el ayuntamiento.

De lo que sí se quejan los vecinos es de que ni las pistas de verano ni muchos de los locales nocturnos ubicados en el casco urbano cumplen el horario de cierre. Sobre todo se quejan los vecinos de la calle Cartas y aledaños donde también protestan por la suciedad acumulada.