"No estamos dispuestos a consentirlo otro año más", advirtió ayer Agapito Díaz, directivo de la asociación de vecinos del Rosal de Ayala. "Ni tampoco a ir a reunión alguna al ayuntamiento --añadió-- porque lo que queremos es que el concejal Francisco Martín tome cartas en el asunto para acabar de una vez con el problema". Así de contundente se mostró ante el ruido de las pistas de verano quien ha sido estos últimos años el presidente vecinal, que anoche se reunió con la presidenta Rocío Martín, con la intención de dirigir un escrito de queja al ayuntamiento.

Es tradición que el consistorio reúna a principios de verano a los vecinos más afectados por su proximidad a las pistas y a los propietarios de éstas para llegar a lo que los sucesivos concejales han dado en llamar un pacto de caballeros, según el cual, si la policía local recibe un número significativo de quejas, se baja el volumen de la música. Pero Díaz ya avisó ayer de que la asociación de vecinos no quiere más reuniones, sino soluciones. "¿No tienen ya sonómetro?, Pues que midan y sancionen a quien corresponda", exigió tras el primer fin de semana de la temporada con las pistas abiertas en el que la policía ya recibió numerosas quejas.

Según la dirección del viento la música molesta más a unos barrios que a otros, pero generalmente son los residentes en el Rosal de Ayala, con los Pitufos y los alrededores del centro de salud incluidos, los más afectados. "Nosotros no sabemos qué pistas han sido, no tenemos que hacer de policías, --indicó-- solo sabemos que así no hay quien duerma porque era mucho el ruido este fin de semana bien entrada la madrugada".