A pesar de que este veroño está resultando asfixiante debido a la persistencia de las altas temperaturas del atrás dejado verano, la temporada de rutas da comienzo.

Son múltiples y de diversos niveles las que serpentean por todo nuestro territorio, bien de relativo recién descubrimiento y trazado, o bien, establecidas desde hace décadas por distintos motivos, ya sea por la existencia de un lugar pintoresco, o porque alguien célebre la recorrió antes.

Este es el caso de la Ruta de Carlos V, que discurre entre la localidad jerteña de Tornavacas y la verata Jarandilla de la Vera. Penúltima que hiciera nuestro emperador, previa al recorrido final para llegar a la que fuera su última morada, el Real Monasterio de San Jerónimo de Yuste, en Cuacos de Yuste, eso sí, sin dar un paso, trasladado en una silla acondicionada de forma improvisada, a hombros de fornidos porteadores, quienes tuvieron que atravesar la sierra de Tormantos para llegar a su destino, no sin gran esfuerzo.

El próximo día 27 de octubre tendrá lugar para todos aquellos aficionados que deseen realizarla. Mayores de dieciséis años y acostumbrados a caminar, son algunos de los requisitos de la organización imprescindibles para su realización, dada su dificultad media-alta, de casi 28 kilómetros de recorrido, ocho horas de duración y un desnivel acumulado de 900 metros.

No es condición baladí, pues en numerosas ediciones los servicios sanitarios han tenido que evacuar a algún senderista por incidencias leves en la mayoría de las ocasiones. Esto no ha de quitar las ganas a quien le apetezca disfrutar de las más impresionantes vistas de los paisajes jerteño y verato en su trayecto, salpicado de pequeños valles y sierras que ofrecen impresionantes cascadas y, sobre todo desde el Collado de las Yegüas, a 1.475 metros de altitud, desde donde se puede divisar no solo la comarca verata, sino también el Valle del Tiétar.

Es el senderismo un sano complemento del viaje para descubrir y mostrar nuestro territorio y su riqueza, mientras recargas pilas y oxigenas el cuerpo y la mente, además de ser una actividad apta para todos los públicos pues ofrece una amplia y diversa oferta, alternativa a disposición del visitante que busca una escapada natural fuera de la urbe.

Como dijo Saramago: «…El viaje no termina jamás…».