Cada hora en punto, todas las mañanas de lunes a sábado, una o dos decenas de niños se congregan en la puerta del centro de estudios Idiomas Principado, en la ronda El Salvador. Unos entran a clase y otros, casi corriendo, salen del aula tras 60 minutos de inglés. La media de edad no debe superar los 13 años, aunque hay un alumno especial que trastoca este dato.

Guillermo Fernández García, de 67 años y vecino de Malpartida de Plasencia, asiste a diario a esta academia de idiomas para perfeccionar su inglés. "Me marcho este mes a California y quería recordar algunas cosas de esta lengua", se justifica.

Para este ats al que restan tres años para jubilarse, los idiomas son un hobby y una herramienta para disfrutar de uno de sus placeres: viajar al extranjero. Habla francés y alemán, además de inglés, idiomas que comenzó a estudiar con apenas 13 años y que trata de mejorar con pequeñas estancias en Holanda, Alemania y Estados Unidos.

Cuando el primer día llegó a clase iba mentalizado de que tenía que comportarse de manera normal, aunque sus compañeros bien podrían ser sobrinos o nietos suyos. Reconoce que los niños se sorprendieron, pero "ya somos amigos, me tratan como si fuera uno de ellos".