Y en la biblioteca del barrio del Pilar ocupará además un lugar preferente porque sus estanterías llevan años clamando por llenarse de libros que pasen página a los fondos franquistas que recibió en su día por no decir los manuales de fabricación de artefactos explosivos que la asociación de vecinos desarticuló tan pronto los descubrió entre otras curiosas donaciones.

La de la concejala de Cultura, Lidia Regidor, el jueves consiste en 300 ejemplares de lectura infantil y juvenil además de clásicos españoles y universales con el compromiso de dotar en breve a la biblioteca de una enciclopedia mientras la diputada provincial de Cultura, Silvia González, la surtió de publicaciones extremeñas ante un satisfecho presidente vecinal, Juan Pablo Castiñeira, que lleva años pidiendo fondos. "Me sentía obligada --explicó la edil-- porque espacio lo tienen y personal lo pone la propia asociación de vecinos así que no cuesta tanto". Tanto es así que proceden de fondos repetidos o en almacén de la biblioteca municipal, según explicó.