Cisma en la Federación Placentina de Asociaciones de Vecinos. Cinco de sus miembros han anunciado su salida del colectivo, después de que en octubre presentaran una moción de censura que no ha llegado a votarse. Estas asociaciones esperaban el debate y votación en la asamblea celebrada el miércoles, que tuvo que concluir de manera precipitada, tras momentos de tensión, con insultos incluidos.

Así, la conclusión de quienes firmaron la moción de censura es clara: «nos vamos», aunque no sin lamentarlo. Se trata de las asociaciones de Rosal de Ayala, Los Monjes, Barrio de Guadalupe, Virgen del Puerto-Los Pinos e Intramuros. El Pilar también la firmó, pero según indicaron ayer fuentes vecinales, el presidente señaló que debe consultar, sin embargo, la marcha con su junta directiva.

La reunión empezó con malestar porque la moción se presentó a finales de octubre y «la reunión para debatirla debía haberse convocado poco después, porque era un asunto urgente, y no tres meses más tarde». De hecho, apuntan que los estatutos fijan un máximo de 15 días.

Pero el debate no estaba incluido en el orden del día, ni tampoco su presentación en el acta de la sesión anterior, que no se aprobó, ya que estaba escrita a mano por el secretario, de forma que «si quisiera, podría cambiar cosas a posteriori. No es legal que se apruebe un acta así».

los argumentos / Las asociaciones justifican su salida por el incumplimiento de los estatutos en cuanto a los plazos de permanencia de los cargos y de convocatoria de asambleas; porque no se permite su asistencia al consejo económico y social y porque la junta directiva adopta acuerdos que después no se llevan a cabo, entre otros motivos.

Frente a la moción, el presidente de la Fepave, Antonio Gil, esgrimió otro con firmas con asociaciones que le apoyan, pero no hubo debate ni votación sino una discusión en la que no faltaron los insultos y que obligó a levantar la sesión.

Así las cosas, las asociaciones disidentes se marchan y su idea es crear una agrupación de asociaciones a expensas de la Fepave y que estará abierta a la incorporación de otras que tampoco están actualmente en la federación, señalan.

Pero según Gil, estas asociaciones «van en contra del alcalde y, como yo le apoyo, me atacan a mí». De hecho, afirma que «cuando di las gracias al alcalde por la obra de la nueva residencia no me dejaron hablar y empezaron a insultarme algunos presidentes sin educación». Asegura que hubo incluso un intento de agresión y «estuve a punto de llamar a la policía, lo que nunca me había pasado».

En su opinión, la moción «no tiene validez y son una minoría de las 17 asociaciones que forman la Fepave. Además, muchas no están ni en la federación porque no aparecen en el registro de la Junta».

Afirma que se ha planteado marcharse porque «esto es un sinvivir», aunque considera que, si se marchan las que lo han anunciado, «trabajaremos con ganas y por los barrios, que es lo que quiero».