Los vecinos de San Calixto han colocado una especie de marquesina para evitar que las baldosas que no dejan de desprenderse de un edificio caigan a la vía pública causando daños a los viandantes. El andamiaje, no obstante, despista a más de uno que se sale del acerado creyendo que se ha instalado por obras.

Pero así quedará la esquina de San Calixto con Obispo Varela hasta que se resuelva el litigio judicial por el que los vecinos reclaman a la constructora que se haga cargo de la reparación de los vicios ocultos y el más grave es, sin duda, éste porque las baldosas ya han causado más de un herido, leve por suerte, y daños a coches aparcados. De hecho, desde el último incidente antes de Navidad la zona estaba acordonada con una valla de obra, pero la comunidad de vecinos del número 10 pidió licencia municipal para montar el andamio.