La noche de San Juan, la de las brujas y las supersticiones, no pierde su mágico atractivo y la muestra es que cerca de mil personas se desplazaron hasta el barrio para no perderse la tradicional quema de la falla, dedicada este año al club de baloncesto en homenaje a su magnífica temporada.

A los jóvenes, incondicionales de esta fiesta, sobre todo por las duchas de agua que reciben de los bomberos tras apagar la falla, se unieron familias y mayores para disfrutar de los fuegos artificiales desde el Cachón, a los que siguió una sonora traca que prendió el pabellón de baloncesto con canasta y balón incluidos elaborado por la hermandad de La Pasión.

Mientras la falla ardía, muchos cumplieron la tradición de lanzar papeles a la hoguera para quemar así todo lo malo del año anterior. Bonifacio Santos, presidente de la asociación de vecinos, no podía sentirse ayer más orgulloso del resultado de las fiestas: "Todo ha resultado magnífico, nos han felicitado y, sobre todo, que organices cosas y la gente participe es una motivación y ya estamos pensando en superarnos el próximo año".

A la fiesta no faltaron tampoco Cruz Roja y Protección Civil, aunque afortunadamente, no se produjeron incidentes.