Desnudar la emoción gracias al personaje de la mitología griega Caronte, el barquero que trasladaba a los muertos hasta el infierno. Es lo que hará el actor cacereño Santi Senso mañana, a las 20.30 horas en el teatro Alkázar, con su propuesta El descanso de Caronte , uno de sus actos íntimos , con los que busca mostrar un estado emocional y recoger a su vez las emociones del público.

Todo forma un espectáculo completamente nuevo porque, aunque Senso lleve ya casi un año con este montaje --que estrenó en Cáceres y con el que ha estado en Madrid, Medellín y Uruguay-- cada representación es distinta, "depende de cómo se sienta el público". Así, mañana se estrena en Plasencia una actriz, Esther Sererols, que interpreta el personaje de Alma y "propone textos nuevos y canciones nuevas".

Completamente tapado

Además, Senso destaca el trabajo de caracterización y vestuario de Federico Pouso, un diseñador de moda uruguayo, que le hará pasar de la desnudez absoluta con que ha interpretado a Caronte en otras funciones a ir "incluso con burka". De hecho, mañana en el Alkázar, el cacereño actuará "enteramente tapado". Según afirma, este personaje le "late mucho" y lo que hace cuando opta por interpretar un clásico es tomarlo como referente para "agarrar el estado emocional fuerte y llevarlo al día a día, porque no es tan antiguo, es presente lo que estoy proponiendo".

Tanto que la idea de esta obra la sacó de su abuela, que, a punto de cumplir 95 años, "siempre decía que se quería morir y un día ya me dijo, nietito, estoy cansada de vivir, quiero descansar. Porque es muy duro que a ella, que ha trabajado en la tierra, cultivando; que ha tenido 5 hijos, 11 nietos y bisnietos, la tengan ahora que levantar, que lavar... Por eso pensé en hacer el acto íntimo El Descanso de Caronte .

Porque "Caronte lleva siglos vivo". Y su propuesta es "que los espectadores vivan esta vida, porque no somos eternos. Es una aceptación de la vida para después aceptar la muerte; un canto a la vida, un repaso de qué has hecho hasta ahora y qué puedes cambiar, porque somos responsables de la herencia que dejamos".

Y así, sin ensayos, pero sin improvisar porque "nadie puede improvisar sobre una emoción", interactuará con el público. "El público puede participar o no, pero no se trata de salir al escenario, sino de que nosotros recogemos la emoción del público y también forma parte de la dramaturgia".

Lo lleva haciendo desde que tenía 18 años, cuando empezó con un acto íntimo en una casa de la parte antigua de Cáceres, y ahora, tras hacer teatro, cine, televisión, presentar y dar clases en Broadway y no olvidarse de su tierra, le pide al público "que no tenga miedo, que sean valientes y se atrevan".