"Aunque hubiera 200.000 firmas, que para mí significa el aprecio de los placentinos, me lo tendría que pedir el partido". Así de contundente se manifestó ayer Cándido Cabrera sobre la recogida de firmas iniciada por su compañero de filas Sebastián Calvo para forzar su candidatura a la Alcaldía en las elecciones.

Cabrera ni confirmó ni descartó su interés por volver al sillón que ya ocupó desde 1989 hasta las elecciones de 1995, cuando el PSOE optó por presentar como cabeza de cartel a Paco Valverde.

Recuperado en los últimos comicios municipales, lleva cuatro años como portavoz del grupo mayoritario de la oposición y aunque en septiembre dio su apoyo al secretario local, Juancho Alvarez, ante la presencia del secretario provincial, Juan Ramón Ferreira, ayer reconocía su avanzada edad, pero decía sentirse con mucha energía. "En las elecciones tendré setenta años y no es una tontería, pero tengo todavía mucha energía y la sensatez que dan los años, aunque más tiene Fraga y ahí está".

En el hipotético caso de que el PSOE le llame, insistió en que "me rodearía de un equipo joven, que son los que tienen que tirar del carro, pero también de gente madura porque lo que no puede ser es dejarlo todo en manos de jóvenes porque la experiencia es un grado".

A LAS DURAS Y A LAS MADURAS

Cabrera precisó que tendría que meditarlo con su esposa "porque esto supone mucho sacrificio" aunque quiso dejar fuera de dudas que no ha tenido nada que ver en la recogida de firmas. "Aunque el alcalde está quemado y es un buen momento, y cuando se está en un partido se está a las duras y las maduras". El centenar de firmas lo ve como un halago.