Fueron cientos los placentinos que asistieron, otros muchos no pudieron por falta de sitio, al homenaje que Juan Francisco Serrano Pino recibió la noche del viernes por el despegue que dio a la ciudad durante sus años en la Alcaldía, de 1968 a 1979. No cabía ni un alfiler en los salones del Hotel Alfonso VIII, donde hasta la alcaldesa, Elia Blanco, reconoció tenerle "envidia sana por su currículum" y en unos tiempos políticos "muy duros".

Suyas fueron las gestiones que hicieron posible un larga lista de logros entre las que destacan el Hospital Virgen del Puerto, la presa del Jerte, la carretera a Navalmoral, colegios, viviendas sociales o la pavimentación de las calles. Lo que llevó a promover el homenaje popular a una comisión liderada por Francisco Platero y Paco Sánchez Guijo.

CARAS CONOCIDASRepresentantes de los más variados ámbitos de la sociedad placentina acudieron a la cita con un Serrano Pino de emoción contenida que hizo gala de su conocida humildad al hacer extensivo el homenaje a quienes formaron su equipo en el ayuntamiento. No faltó su profundo sentimiento religioso al pedir una oración para los ya fallecidos y su visión de futuro al animar a los jóvenes a trabajar duro.

Cualidades ambas que le hicieron ser, además, presidente de la Federación Empresarial Placentina y más recientemente director de Cáritas, por lo que el vicario general, Francisco Rico, leyó una carta del obispo --de reuniones con los demás obispos españoles-- en reconocimiento a su decisiva labor diocesana. En palabras de monseñor Amadeo Rodríguez, "por la dedicación a los demás en Cáritas, pero también por las obras que han marcado el futuro de Plasencia".

El presidente de los empresarios placentinos, Pedro Castro, alabó además la impronta que dio a la federación y no faltó en la presidencia el presidente de la Cámara de Comercio, José Jarones. Pero quien mejor lo definió fue José Bernardo, uno de sus concejales entonces, al relatar que sus tres amores han sido Plasencia, su familia y la amistad. Valores que también destacó la alcaldesa por haber sido merecedor de tan multitudinario acto en el que llamó la atención la presencia de políticos veteranos y en activo de uno y otro signo.

No faltaron los exalcaldes Cándido Cabrera y José Luis Díaz, pero tampoco nuevas generaciones que nacieron con algunos de sus logros ya consolidados. Serrano Pino accedió a la Alcaldía en 1868 tras la trágica muerte en accidente de caza de Julián Burgos y cesó en 1979 sucediéndole hasta las primeras elecciones Antonio Martín Majadas.