No hay mejor clima para disfrutar de la romería de la Virgen del Puerto que el que hubo ayer, quizás con excesivo calor, y si no, que se lo digan a los que hicieron cola para pedirse un helado en uno de los puestos de venta del entorno de la ermita. El sol brilló e hizo brillar a la patrona de Plasencia, la Virgen del Puerto, en una espectacular salida en procesión, pasadas las seis de la tarde, con innumerables pañuelos blancos desde todos los puntos del recorrido y vivas a La Canchalera. Placentinos, e incluso foráneos, se unieron a la devoción por la Virgen, ya desde el sábado, con la ofrenda floral.

Ayer, el azulejo de la patrona en el exterior de la ermita lucía rodeado de flores y el campo, con romeros repartidos por distintos puntos, sin aglomeraciones. La subida este año ha sido más escalonada porque muchas personas optaron por acudir a votar antes de dirigirse al Puerto.

Permitidas las barbacoas, todo era buen ambiente, bien al aire libre o bajo toldos o carpas; con sus tortillas, panceta, e incluso migas. Otra opción fueron los bares, con animación musical incluida para las cañas, la media tarde y hasta pasada la procesión.

Para garantizar la seguridad y el tráfico, más de 60 policías locales (la Nacional estaba en los colegios electorales), además de la Guardia Civil, bomberos, Cruz Roja, Protección Civil y, este año, también los scouts, pidiendo a los romeros, junto a la brigada verde, que dejaran el campo tan limpio como lo encontraban y repartiendo incluso bolsas de basura.

En el capítulo de incidentes, la edil de Interior, Sonia Grande, destacó ayer la «tranquilidad» de la jornada, salvo el hecho de que una persona denunció haber sufrido el robo de un móvil tras golpearle el ladrón con un palo en la cabeza.