Más de dos meses después de que los comerciantes de la calle Talavera celebraran un simbólico fin de obras, una vez cambiado el pavimento, la calle aún no está abierta al tráfico. Conductores y comerciantes no entienden el retraso de la apertura de uno de los principales accesos a la plaza.

En lugar de estar abierta, hay tubos rojos pegados a una fachada y otros bajo tierra a ambos lados de la calle, además de hasta siete antiestéticas vallas amarillas que impiden circular a los vehículos, justo en frente del párking utilizado por numerosos turistas para dejar su coche y entrar a la plaza. La empresa que se encargó de renovar el pavimento aseguró ayer que su labor "ya finalizó y lo que queda es cosa del ayuntamiento, quien tiene que proceder a abrir la calle", según el responsable de la obra. La explicación del consistorio está pendiente de la vuelta de vacaciones de la concejala de Obras.

TRASTORNOS Mientras tanto, el cierre ha obligado a trabajadores y vecinos de la zona de San Pedro a tener que acceder a sus casas o lugares de trabajo por direcciones prohibidas. La alternativa que tienen es entrar por la calle de las Cruces y continuar en dirección prohibida por San Pedro, pero se da la circunstancia de que aquí también hay obras y a veces está cortada, con lo que se ven obligados a seguir en dirección prohibida por la calle del Sol hasta la calle Arcediano y de ahí, a San Pedro.

Un trabajador de una empresa se quejaba ayer: "Yo llamé a la policía para que me dijeran por dónde podía acceder a mi trabajo y me dijeron que lo hiciera por donde pudiera". Estas condiciones han producido que vecinos y trabajadores pidan que se abra la calle cuanto antes.