Tirar una toallita húmeda en el retrete tiene consecuencias. En el medioambiente, económicas, e incluso puede provocar una inundación. En Plasencia se hace y se recogen, cada año, unas 400 toneladas, según los datos de la UTE del agua. Por eso, al inodoro solo debe tirarse el papel higiénico, que es lo único que «se pulveriza en unos instantes», en palabras del gerente de la UTE, Iván José Vicente García.

Para hacer llegar a los placentinos la importancia de no arrojar toallitas al retrete, el Ayuntamiento de Plasencia, en colaboración con la UTE, se ha adherido a una campaña de sensibilización promovida por la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento denominada No alimentes al monstruo de las cloacas. Consiste en información, sobre todo en redes sociales, sobre sus consecuencias, explica lo que debe tirarse por el inodoro y da una solución: «Una pequeña papelera en el baño», según apuntó ayer Luis Montes, inspector de Servicios Municipales de la concejalía de Luis Miguel Pérez.

En cuanto a las consecuencias, el gerente de la UTE explicó que una actuación para desatascar una tubería de toallitas puede costar entre 300 y 500 euros y se vienen realizando entre una y dos salidas mensuales por este motivo, lo que supone un coste que oscilaría entre los 3.600 y los 12.000 euros anuales. «De cada 10 atascos, ocho se producen por este motivo».

Este dinero «acaba repercutido en los recibos del agua, lo pagamos entre todos porque las infraestructuras son municipales y pertenecen a todos los ciudadanos». También supondría un coste para el vecino que causara el atasco o para la comunidad y puede atascar una red general «y provocar inundaciones».

A su vez, las toallitas llegan a las depuradoras, que «no están diseñadas para trabajar con estos residuos y se producen averías». Pero también al mar y llevan alcoholes que «degradan los mares y llega a los peces que nos comemos», subrayó Montes.