Sabe el PP que la mejor política de desgaste que puede realizar contra el gobierno socialista es no dejarle hacer para que la no materialización de los proyectos acabe justificando una moción de censura. Y eso fue lo que su portavoz municipal, Victoria Domínguez, hizo el lunes en el pleno hasta que la habilidad de la alcaldesa, Elia Blanco, la forzó a presentar in extremis una alternativa a la tasa de agua del PSOE que no sólo era más barata para los ciudadanos, sino que había defendido acertadamente su compañero David Moreno en la comisión informativa de Hacienda.

Esto sí que es un ejercicio de responsabilidad política sin dejar de ser una demostración de fuerza de una oposición que supera ya en número al gobierno socialista porque, al fin y al cabo, la alcaldesa tuvo que aceptar la propuesta del PP, CCPL y Pepa Pérez Camisón para que no se diga que no salen cosas adelante y que Elia Blanco no ha moderado su talante. Si hasta se ríe cuando le cuentan el chiste que circula desde que Pepa se fue a la oposición: ese de que duerme desnuda desde que se quedó sin Camisón.

Es lo que tiene el humor español y perder la mayoría absoluta. Si este nuevo ayuntamiento es gobernable dependerá de que la alcaldesa sepa tener cintura política para pactar con la oposición antes de que le dé otro aviso en el pleno y acabe votándose por unanimidad el presupuesto municipal para el 2005 de la oposición. Tocan tiempos de pactos y el destino es tan caprichoso que lo que una tránsfuga te da, otra tránsfuga te lo quita y al final vuelve a imponerse numéricamente la mayoría simple del PSOE que salió de las urnas. Mientras Pepa Pérez Camisón se deja querer por el PP de Anselmo Díaz Cabello y el CCPL de José Luis Díaz con quienes preparó el pleno para sorpresa de Victoria Domínguez y veta a su sucesor, Blas Raimundo, el sueldo que ella sí disfrutó. Lo que no quieras para tí...