Miembros de la iglesia evangélica han tomado un local de la Junta de Extremadura en La Data para celebrar sus cultos religiosos con la justificación de que no tienen dónde reunirse mientras el ayuntamiento ha remitido a la dirección general de la Vivienda un informe de la policía local sobre este nuevo caso de ocupación ilegal con el que la Junta ya ha pedido su desahucio en el juzgado, según indicó ayer la concejala de Barrios, Carmen Blázquez.

Se trata del bajo de unas viviendas sociales situadas en Gabriel y Galán que utilizaban algunos vecinos para guardar sus motos hasta que han tenido que desalojarlo por orden de la Junta, que precintó entonces el local. "Pero la Junta puso por la mañana los carteles y por la tarde ya los habían quitado para meterse ellos", según relata un vecino que prefiere guardar anonimato por miedo a represalias, que es el sentimiento generalizado en esta conflictiva barriada.

RUEGO MUNICIPAL El presidente de la asociación gitana, Juan Vázquez, aseguró ayer que "aquí nadie ha dado la patada a la puerta. El chaval que se lo va a comprar al ejecutivo regional nos lo ha cedido y ya está, pero si el ayuntamiento nos cede un sitio nos vamos radicalmente de aquí". Se refiere al solar que se comprometió a cederles el anterior gobierno del PP y también el actual del PSOE.

Sin embargo, la concejala no ocultó ayer su disgusto: "Sí ha habido patada en la puerta, sí han cambiado la llave y se han metido algunos miembros de la iglesia evangélica". Así, pidió públicamente a la asociación gitana que no ampare esta situación de ilegalidad y obligue a los ocupantes a desalojar el local.

En el bajo de La Data se reúnen a diario de siete a ocho de la tarde del orden de cincuenta personas de etnia gitana, según confirmó el presidente de la asociación. "Son en la mayoría jóvenes de entre 22 y 25 años que no tienen donde reunirse y sí es verdad que también hacen el culto". Mientras tanto, los adultos siguen concentrándose en la sede de la iglesia evangélica que está en Rosal de Ayala.

Así, cada tarde se reproducen en Gabriel y Galán los mismos atascos de furgones de los que se vienen quejando los vecinos del Rosal de Ayala.