Los gitanos de la iglesia evangélica se encontraron ayer con la sorpresa de que la cesión de terreno municipal que les había prometido el anterior gobierno municipal no es tal, sino que tendrán que partir de cero porque el único documento que existe en el ayuntamiento es el de inicio de expediente que acordó la comisión de gobierno pocos días antes de las elecciones.

Así se lo hizo saber ayer la alcaldesa, Elia Blanco, que se mostró también dispuesta a ceder los 2.000 metros de Gabriel y Galán para que abandonen el Rosal de Ayala donde tantas quejas vecinales han acumulado por ruidos.