El otro día estaba escuchando un audiolibro, mientras realizaba otras tareas, cuando se presentó alguien por sorpresa y me dijo: «pero qué friki eres». No dije nada, solo sonreí. Porque si leer, escribir o practicar esgrima es ser friki, entonces sí, lo soy. Tal y como lo son miles de personas apasionadas por alguna cosa, la que sea, pues ese es exactamente su significado según el diccionario de la Real Academia Española: «persona que practica desmesuradamente una afición».

Sin embargo, existe la tendencia de etiquetar con este adjetivo a aquellos aficionados a temáticas como los juegos de rol, la informática, los videojuegos, los cómics, la ciencia ficción y fantasía o el manga y el anime, que no lo son más que aquellos a quienes les apasiona la fotografía, el aeromodelismo o los bolillos.

Pasión, eso es lo que tenemos en común y hace que dediquemos más tiempo de nuestra vida a ella que a otras actividades.

Por eso, no pude por menos que sentirme triste al leer el comunicado oficial de la cancelación de la XVI edición de la Gumiparty placentina, que hizo público la Asociación Megagumi el miércoles pasado, a través de las redes sociales y medios de comunicación. Una pena.

Tal vez no lo entendáis si no habéis asistido al evento y por ello desconozcáis lo que de verdad ocurre en el Palacio de Congresos de Plasencia en este macro evento, capaz de reunir alrededor de siete mil personas el año pasado. Pero yo os lo cuento: durante esos días, los frikis somos felices. Es así porque lo que allí acontece está diseñado especialmente para el disfrute de nuestras aficiones favoritas.

Personas de todas las edades y sexos se reúnen para compartir el gusto por este infinito y maravilloso mundo, tan desconocido para algunos.

La gran organización que hay detrás, responsabilidad de miembros de la asociación y colaboradores, logra convertir el edificio en un templo en el que jugar y disfrutar es el principal objetivo y donde es posible ser uno mismo libremente, vestido de tu personaje fantástico favorito, o no y perderte en las distintas plantas en busca de tesoros. La magia está presente y nunca sabes con qué nuevo hechizo te sorprenderán estos chicos.

Sin duda, las circunstancias mandan este 2020, pero estoy segura de que el año que viene regresarán cargados de nuevas e inesperadas ideas, porque a ellos, la fuerza les acompaña.