Si una persona es susceptible de tener una enfermedad grave, cuenta ya con una unidad en el Hospital Virgen del Puerto de Plasencia para ser atendida y diagnosticada de inmediato, sin esperas. Se trata de la Unidad de Atención Inmediata al Paciente, que empezó a funcionar el 25 de febrero y por la que han pasado ya más de 90 personas, según la información de la Consejería de Sanidad de la Junta.

De momento, la derivación a esta unidad se realiza desde el Servicio de Urgencias del hospital, pero la intención es ampliarlo a otros servicios hospitalarios y a Atención Primaria, de forma que el propio médico de cabecera pueda hacer esta derivación. Se trata de un plus de preferencia en aquellos casos en los que los facultativos detecten «una serie de síntomas o resultados en la exploración que hagan sospechar patología grave».

¿Y cuáles son estas patologías? La gerencia del área de salud de Plasencia explica que serían la pérdida de peso involuntaria acompañada de pérdida de apetito y cansancio extremo; las lesiones detectadas en pruebas de imagen y que requieren no demorar su estudio; la anemia grave; fiebre prolongada sin que se encuentre la causa; enfermedades respiratorias o cardiacas que precisen control estrecho y alteraciones analíticas que pueden esconder una enfermedad grave, entre otras.

A través de una llamada de teléfono, se gestionaría la atención en este nuevo servicio y la realización de las pruebas que fueran necesarias, de forma ambulatoria cuando el ingreso no fuera preciso.

medios / La unidad cuenta con dos facultativos de Medicina Interna; una enfermera con experiencia tanto en organización, como en hospitalización de Medicina Interna; un Trabajador Social, un celador y un administrativo, compartidos con otras unidades del hospital. El servicio funciona de manera coordinada con otros del hospital como Radiología, Laboratorio etcétera.

En cuanto al espacio físico, está dotada de una sala, con funciones de unidad de día, un consultorio, una sala de espera y un baño. Sus objetivos son claros: «reducir los tiempos de espera en procesos cuyo diagnóstico no admite demora; reducir los ingresos hospitalarios inadecuados cuya principal causa, en el caso de Medicina Interna, es la demora en la realización de estudios diagnósticos y reducir la demanda a los servicios de Urgencias y la reiteración de ingresos en los enfermos con múltiples patologías».