Tan pronto como termine la Semana Santa, la policía local cuidará de que los conductores no usen el teléfono móvil en el casco urbano. Los primeros quince días serán controles preventivos, pero desde entonces todo conductor cazado será sancionado con 48,08 euros. De forma paralela iniciarán una campaña del uso del cinturón de seguridad, pero ésta únicamente de concienciación por lo que no afectará a los bolsillos.

A los que sí afectará será a los de los conductores que ocupen uno de los 105 aparcamientos reservados a minusválidos y a los que estacionen en las paradas de autobús. También pasada la Semana Santa, pero sin plazo preventivo alguno por lo que el conductor que obstaculice el tráfico porque obligue al autobús a parar en medio de la calzada se expone a una multa de 108,18 euros y de 36,06 aquel que use indebidamente los estacionamientos de minusválidos.

EL CASCO SE RESISTE Así lo anunció ayer el concejal de Tráfico, Blas Raimundo, quien pidió colaboración ciudadana "porque está demostrado que hablar por el móvil es tan peligro como conducir con una alta tasa de alcohol, el cinturón evita daños y el resto da fluidez al tráfico".

También desveló que desde noviembre del 2004 y hasta la fecha, 55 de los 220 motoristas inspeccionados por la policía local en sus controles no llevaban puesto el casco reglamentario, si bien sólo 22 fueron inmovilizados. No aclaró cuántos fueron denunciados y explicó que "se les para, se les sanciona y se les deja marchar" con la esperanza, se supone, de que el bolsillo les disuada de volver a conducir el ciclomotor sin casco.