La Fundación Placeat lleva realizando los últimos cuatro años, de forma consecutiva, el proyecto del campo de trabajo. Para el de este año se ha contado con el voluntariado de 15 personas, a nivel nacional, y dos chichas procedentes de Polonia e Italia, con lo que esta actividad se hace también internacional.

Placeat es una asociación que comenzó su andadura en Plasencia en el año 1972 y que desde ese momento trabaja a favor de las personas con discapacidad intelectual y sus familias y cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de esas personas. Este campo de trabajo, que organizan desde hace cuatro años, tiene como objetivo principal "la inclusión social de las personas con discapacidad intelectual", señaló Jesús Ginés, director del campo de trabajo de Placeat.

Usuarios y voluntarios están conviviendo durante 15 días, del 6 de agosto hasta el próximo lunes, en la finca que la asociación tiene en San Gil. Durante estas jornadas, y las que les quedan, han realizado multitud de actividades y también han podido conocer gran parte de la Alta Extremadura. "Tenemos una programación diaria. Casi las 24 horas del día están haciendo cosas. Paran poco y duermen poco, pero les gusta y merece la pena el esfuerzo", subrayó Ginés.

Por las mañanas desarrollan labores de mantenimiento de la finca, codo con codo con los voluntarios "pues lo que se pretende es normalizar la situación y hacerles sentir iguales a los demás", manifestó.

EXCURSIONES Por las tardes realizan actividades en la finca y también tienen la oportunidad de visitar el Valle del Jerte, La Vera, el Valle del Ambroz, el Parque Nacional de Monfragüe o piscinas naturales. "Es una experiencia inolvidable, tanto para los usuarios como para los voluntarios", explicó el director del campo de trabajo.

Los usuarios de Placeat son los protagonistas de este campo de trabajo para el que se cuenta con voluntarios de toda España, 15 han venido de algún punto de la península, y también de parte de Europa, ya que una chica es de Polonia y otra italiana. "Es una buena experiencia y creo que volvería a repetir. Vine al campo de trabajo porque tenía curiosidad de trabajar con este colectivo de personas. Lo más gratificante es el cariño que te cogen y el estar con ellos", señaló Claudia Damián, de Valladolid.

Para Alvaro Mota, que viene de Badajoz, ésta también era su primera experiencia y se va a marchar "encantado". Vio, en el Instituto de la Juventud que Placeat ofrecía este campo de trabajo y pensó que era "una buena oportunidad. La experiencia ha sido muy gratificante, sobre todo el poder tratar a estas personas de tú a tú", explicó.