El portavoz de la corriente del PSOE Tercera Vía, Francisco Valverde, considera que "no hay mal que por bien no venga" y que, por tanto, la disolución de la agrupación socialista placentina "puede servir para hacer limpieza. A veces es mejor cortar por lo sano", afirma.

Sin embargo, se da la circunstancia de que el impulsor de esta corriente, el exconcejal Blas Raimundo, es uno de los imputados en el caso de presunta corrupción administrativa, por lo que, si se cumplen las intenciones de la ejecutiva provincial, no se le permitirá formar parte de nuevo de la agrupación hasta que se dicte sentencia. En su defensa, Valverde subraya que, en este proceso, Raimundo "es una persona más maltratada por las circunstancias que inducida por sí mismo. Es una persona altruista a la hora de trabajar por y para un partido".

Esto es lo que cree que deben ser los nuevos miembros de la agrupación, personas "éticas, cívicas y participativas; que se preocupen por mejorar la calidad de los ciudadanos y que, cuando uno tenga que destacar, se le empuje y no se le ponga la zancadilla".

De lo contrario, no duda en afirmar que "si alguna persona aviesa o perversa logra formar parte de la agrupación, los demás tendremos que ver la manera de arrinconarle o echarle porque hay dos pecados, el de acción y el de omisión y, cuando una manzana se pudre, será mejor echarla".