Hasta 580 euros cuesta la última papelera caída en acto de servicio en la misma plaza Mayor y que irónicamente el ayuntamiento bautizó como papelera modelo antivandalismo porque se realizó con un material más resistente. Aunque no lo bastante, visto lo visto, por lo que la concejala de Limpieza, Carmen Blázquez, ha pedido civismo "porque es dinero de todos".

De hecho el ayuntamiento lleva gastados alrededor de 160.000 euros en papeleras en lo que va de legislatura y aunque no ha hecho recuento de las destrozadas por actos de vandalismo, las pruebas están al pie de calle. Sirva de ejemplo que ni una semana duraron intactas las seis que se instalaron en la remodelada granja de San Miguel o las últimas quince puestas en el barrio de Gabriel y Galán.

Son dos ejemplos dados por la propia concejala, responsable de que se hayan colocado 200 de las llamadas antivandalismo en el centro y 500 por los barrios principalmente en los dos últimos años. Las primeras con cargo al Plan de Excelencia Turística que gestiona la edil Raquel Puertas y el resto costeadas por el presupuesto municipal. "Dinero público en cualquier caso" avisa Carmen Blázquez.

Las más caras cuestan 580 euros cada una y las demás oscilan entre 85 y 90 euros la unidad. Fallido el supuesto efecto antivandálico , la edil sólo pide ya concienciación ciudadana. "Que usen el mobiliario urbano, en general, como cuidan los sillones de su casa porque es una cuestión de educación".

La otra herramienta del ayuntamiento es la ordenanza municipal antivandalismo que prevé multas cuantiosas, pero para ello los autores de los destrozos han de ser pillados in fraganti por la policía.