Intenten encontrar una sola marquesina de autobús que no esté rota. Conclusión, el consistorio ha desistido de reponer los cristales y ha empezado a sustituirlos por una estructura metálica. "Fue quitar la cartelería de las marquesinas y debieron verlas tan limpias que empezaron a romperlas a pedradas, cómo para volver a ponerlas de cristal o metacrilato", indica la edil de Servicios Municipales, Carmen Blázquez, quien junto a la de Obras, Mónica García, eligieron esta solución.

También los actos vandálicos llevaron recientemente a Mónica García a reemplazar por una farola la fuente del Iberia en lugar de seguir reparando los destrozos con que solía aparecer los fines de semana. Aunque otras farolas, recién instaladas en el parque de la Coronación, no han tardado en romperse y muy cerca de allí incluso han realizado pintadas en el monumento de Los Arcos de San Antón. Columpios pintados, señales de tráfico tumbadas o contenedores a los que se tira calle abajo o queman alguna que otra vez se suman a la lista de daños.

En Gabriel y Galán no queda en pie ni una papelera de la última remesa de quince y cada una cuesta 80 euros, y es que el vandalismo pasa factura al ayuntamiento, cuyos responsables calculan que se gastan unos 30.500 euros al año en reparar o reponer el mobiliario urbano. Aunque la oposición cree que se quedan cortos y que el incivismo es un problema prioritario.

Este es un somero recuento a pie de calle de los hechos vandálicos que sufre la ciudad. Por no hablar de la moda de arrancar espejos retrovisores, lo que nadie denuncia, pero cuesta la broma de un mínimo de cincuenta euros. El ayuntamiento nunca ha reconocido oficialmente que sea un problema de orden público y, sin embargo, ha aprobado la primera ordenanza antivandalismo que acaba de entrar en vigor con multas de hasta 3.000 euros. Según datos proporcionados por la alcaldesa tras la junta local de seguridad, el año pasado se abrieron 45 expedientes a menores por estos hechos.

Recientemente, el colectivo Mujeres Rurales inauguraba bancos, papeleras y jardineras en el camino peatonal que conduce a las Josefinas y su presidenta nacional, llegada de Segovia, se sorprendió del vandalismo. ¿No ocurre en todas partes?, le preguntaron. Su respuesta fue, en Segovia no.