La ejecutiva regional del PSOE, con Guillermo Fernández Vara a la cabeza, informó ayer favorablemente sobre la petición de disolución de la agrupación local del partido, que deberá resolver Ferraz. Era una decisión anunciada por el propio Fernández Vara y que, según fuentes consultadas por este periódico, cuenta con la oposición de la mayoría de la militancia.

El argumento que dio ayer la ejecutiva regional para disolver fue la falta de normalidad en el funcionamiento de la agrupación desde que Elia Blanco dimitió como secretaria general en diciembre del 2011. Lo hizo tras conocerse la apertura de juicio oral en el que está imputada por presuntas adjudicaciones irregulares de obras. El nombramiento posterior de una gestora; la primera asamblea que se recurrió y repitió; las peleas; insultos y denuncias entre compañeros del partido; las dimisiones en el comité local elegido y la última denuncia por uso irregular de dinero son los motivos que expone la regional.

Sin embargo, Félix Ramos, uno de los fundadores de la agrupación en el año 1976, dijo ayer sentir "cabreo, pena, malestar..." por la decisión de disolver porque "las razones que han dado no son razones".

Respecto a los conflictos argumentados, Ramos afirma: "En esta agrupación hay muchas cuitas, pero todas las resolvíamos en la asamblea. Problemas hay también en Cáceres, en Badajoz... Da la sensación de que quieren utilizarnos de chivo expiatorio y como ejemplo de lo que le puede ocurrir a todos los que sean disidentes, para que todo cambie siguiendo igual".

Tampoco en su opinión es el momento oportuno para disolver, sino todo lo contrario porque "tenemos un nuevo comité local, elegido democráticamente en unas elecciones y, en cuanto empieza a levantar las alfombras...", en relación a las peticiones del comité de suspensión de militancia y de expulsión por el uso irregular de las cuentas del partido. "Nos metemos con el mensajero y no es lógico un trato así cuando no se le ha dejado trabajar ni seis meses", añade.

También ve Ramos una doble intención en la decisión de disolver porque "parte de quienes aprueban ahora disolver apoyaron a la gente contraria a la que dirige el comité local; están más cercanos al equipo de gobierno anterior que a las alternativas, que ganaron en la asamblea".

Además, después de casi 40 años militando y trabajando por el partido, muestra su malestar porque "un recién llegado me tenga que decir si soy o no apto como militante. Creo que no he hecho nada para que me echen del partido. Si es así, que me abran expediente y me expulsen, pero no me considero culpable de nada, más que de estar o no al lado de unos u otros".

Por eso, muchos militantes de base, incluido Ramos, se están planteando si volver a solicitar o no la militancia una vez que la agrupación esté disuelta. "¿Quién va a entrar ahora? Salvarán a los cargos, que serán los que tengan preferencia, y que yo, con casi 40 años en el partido, tenga que pedir el reingreso...". La reducción del número de militantes reduciría también el poder de la agrupación local a la hora de acudir a congresos y elegir cargos, lo que otros ven como razón encubierta de la disolución de la agrupación.