El hielo formó ayer una auténtica pista de patinaje a las puertas de la plaza de abastos que provocó la caída de varias mujeres sin que sufrieran daños personales hasta que los operarios municipales arrojaron sal desde el recinto de las escaleras hasta la calle de Las Claras.

Fue un efecto más del botellón y las bajas temperaturas hicieron el resto porque los trabajadores de la plaza del mercado se encontraron al acceder a sus puestos a las siete de la mañana que las escaleras volvían a aparecer repletas de vasos y botellas de plástico, cristales rotos, orines y demás restos del botellón del fin de semana. Como cada lunes, lo primero que hicieron fue limpiar a manguerazos las escaleras y la helada convirtió el agua en hielo. "Fue por limpiar el chapapote --explicó ayer el gerente de la plaza, Julián Domínguez-- porque así hemos empezado a llamar por aquí al estado de suciedad en que aparecen las escaleras de la plaza de abastos los lunes por la mañana".

Con lo que no contaban era con la helada y hasta más tarde no pudieron hacerse con varias bolsas grandes de sal que esparció después la brigada municipal de obras. Entretanto, el hielo provocó la caída de varias mujeres que transitaban a primera hora por San Esteban mientras algunos paseantes criticaban lo antihigiénico que resultan los citados restos del botellón a las puertas de la plaza de mercado, sin contar con el efecto turístico de la estampa.