Un menor fue alcanzado el sábado por uno de los balines que disparaba desde su balcón un vecino de la calle Cardenal Zúñiga, en Procasa, con una escopeta pajarera aunque, por suerte, no le atravesó el brazo y sólo le causó una inflamación, según fuentes policiales. Ocurrió hacia las 21.30 horas y, ya de madrugada, la Policía Nacional tuvo que reducir a un joven en un céntrico pub porque llevaba escondido un cuchillo de carnicero.

Salvo esto y alguna que otra pelea, la feria transcurre con normalidad pese a la avalancha humana que recorre las calles estos días y en ambos casos la rápida intervención policial evitó mayor alarma. Aunque la noticia del balinazo corrió como la pólvora en Procasa porque aún no había oscurecido, había mucha gente en la calle y un gran despliegue de la Policía Nacional. El mismo niño se encontraba jugando cuando se fue a topar con el vecino que pegaba tiros al aire. Como no provocó lesiones graves al menor y tiene domicilio conocido, esperará en casa a la fecha del juicio.

REFUERZO POLICIAL No así el joven, al parecer toxicómano, al que los agentes que fueron avisados por testigos intervinieron un cuchillo de grandes dimensiones que llevaba escondido entre la ropa en un pub de la zona monumental. Permanece en comisaría hasta ser puesto a disposición judicial.

Mientras tanto, se hace visible en las calles el refuerzo de la presencia policial principalmente en la zona centro y en el ferial del Berrocal. Tanto las policías local como nacional están al completo, por turnos, para velar por la seguridad ciudadana en ferias. Al igual que el servicio municipal de Limpieza, cuyos operarios se tienen que abrir paso en los alrededores de la plaza entre las charangas.