Los vecinos del entorno del ferial están cansados después de soportar los ruidos y vandalismo de jóvenes del botellón durante siete años. Pero ayer dieron un voto de confianza al concejal de Interior y se remitieron a sus promesas: "Le hemos dado de plazo hasta final de año y le hemos advertido que, si no cumple sus promesas, seguiremos dando guerra".

Lo afirmó ayer Manuel Sanz, portavoz del colectivo, que entregó ayer a Martín las mil firmas de vecinos en contra del botellón . Porque los residentes abogan porque esta celebración desaparezca, ya que la consideran "una lacra social, les estamos ofreciendo un sitio a los jóvenes para que se emborrachen".

Sin embargo, no se opondrán a una nueva ubicación que no afecte a ningún núcleo vecinal. "Si no afecta a nadie, no nos importa el traslado, aunque sí moralmente, pero también le hemos advertido al concejal que, si el nuevo sitio afecta a algún núcleo de población de la ciudad, nos pondremos a disposición de esos vecinos".

Lo que también han pedido a Martín es que no busque solo el consenso político, sino que también "pida la opinión de profesionales, de sociólogos, de psicólogos etcétera".

Por su parte, el concejal ha señalado que "el ayuntamiento, con la alcaldesa a la cabeza, reconoce públicamente que los vecinos tienen un problema serio con el botellón y que se va a solucionar con esta norma".