Los vecinos de Gabriel y Galán, en el polígono de La Data, han tomado la determinación de enviar un escrito a la Junta para expresar su miedo y las amenazas que reciben constantemente del colectivo que ha ocupado ilegalmente viviendas y locales de la administración regional, a la que han pedido una reunión urgente para buscar una solución.

Hartos de la falta de medidas para terminar no sólo con esta situación sino también con los rallys de coches y el vandalismo a que se dedican sobre todo menores, hace diez días se dirigieron al director general de la Vivienda para recordarle una vez más el temor que sienten a diario: "Esto es como un gueto, los okupas dicen que esto es suyo y que nosotros nos tenemos que ir todos porque esto es para ellos. Cada vez es más difícil estar aquí, recibiendo amenazas".

SILENCIO DE LA JUNTA Los vecinos, que por el miedo que sienten prefieren permanecer en el anonimato, relatan también la práctica común entre menores de disparar con escopetas pajareras: "A canalones, ventanas, persianas, cristales y a personas".

Sin embargo, pese a haber pasado ya diez días, los vecinos no han recibido contestación de la Junta, aunque pidieron una respuesta "a la mayor brevedad para buscar una solución". Además, tampoco se ha solucionado la ocupación ilegal de un solar por parte de miembros de la iglesia evangélica para realizar sus cultos ni las ocupaciones de viviendas por el procedimiento de la patada, que la propia alcaldesa cifró en unas sesenta. De hecho, los vecinos han denunciado también que no sólo los han ocupado sino que también están realizando obras sin licencia.

Se da la circunstancia de que la edil de Barrios, Carmen Blázquez, se ha puesto ya en contacto en varias ocasiones con el director de la Vivienda para pedir una reunión a tres bandas, pero aún no se ha concretado.