Tres días después de que la asociación de vecinos del Pilar amenazara con abrir al tráfico la rotonda construida entre las calles San Antón y Alonso Quiroz por su cuenta y riesgo por considerar que a la obra solo le faltaban pequeños detalles, el ayuntamiento lo hizo ayer mismo y a los operarios les bastó una mañana para terminar los remates por los que no se puso en servicio antes de Navidad.

Mientras remataban las obras, lo anunció la misma concejala de Urbanismo, Mónica García, quien rechazó que se hayan visto forzados por los vecinos aunque reconoció, eso sí, el retraso. "La obra --dijo por la mañana-- está prácticamente terminada y, de hecho, si no hubiera habido navidades, se habría terminado antes y si no se ha corrido más es porque no se ha podido". Entre los remates citó el soterramiento de la red eléctrica y la instalación de rejillas en alcorques.

A DESTAJO En todo caso, en lo que insistió la edil es en que esta obra viene a eliminar un cruce peligroso así como que era una demanda vecinal. Mientras que el presidente de la asociación, Juan Pablo Castiñeira, destacó ayer que después de la amenaza, "han trabajado a destajo y en dos días han puesto el césped a la rotonda y la han pintado".

Mientras la edil reconoció que las obras se han retrasado "bastante", el presidente vecinal lo cifró en "mes y medio de forma injustificada, lo que ha causado perjuicios a los comerciantes en plena campaña navideña además de a los residentes".

Por otro lado, la concejala rechazó algunas de las críticas vertidas contra las obras en sí. "No se pueden atender porque no son viables técnicamente, como la de la nueva pavimentación de las aceras, ya que la anterior ya no se fabrica", asesguró.