Lejos de serenarse con las disculpas públicas del concejal Raimundo, los vecinos de la Torre Lucía dieron ayer los primeros pasos para constituirse como asociación con la que hacerse fuertes ante el botellón ilegal que tuvieron que soportar en ferias y que temen en el próximo Martes Mayor. "Si sólo son unos días, como dice el concejal, que se lo lleve a su casa" dijo Miguel Angel Alvarez, el portavoz.

A medida que pasan los días sin una explicación por parte de algún miembro del equipo de gobierno en persona, crece la indignación de unos vecinos que ya han registrado dos escritos de queja en el ayuntamiento. En el primero pedían explicaciones de por qué se había consentido el botellón siendo el Berrocal el único recinto autorizado con la Ley en la mano.

Visto el silencio, hubo un segundo ya más incisivo en el que han pedido la depuración de responsabilidades a las distintas concejalías, a la policía local y a la alcaldesa. De la policía denuncian que considere más prioritario tener a una pareja dedicada "más a la búsqueda del desgraciado vendedor de CDs piratas que a la salubridad".

Sus escritos denotan la impotencia de quienes ha tenido que sufrir orines y vómitos a la puerta de su casa e incluso denuncian el tráfico de drogas y consumo por parte de menores. "Es una situación que se ha consentido de facto" insistían ayer poniendo como prueba el servicio de limpieza dispuesto por el ayuntamiento. "Pero no han limpiado más que las escaleras y, además, ¿dónde se aprobó ese gasto?". Al concejal le replicaron que no felicite tanto a la policía "porque no hubo ni una pareja patrullando el botellón ".