Ayer, en un sencillo y emotivo acto, el alcalde descubrió la placa con la dedicatoria a Pepita Giménez Escudero en el tramo final de la Ronda del Salvador con los Arcos de San Antón. Sus hijas Pilar y Puerto, su hermana Teresa, nietos y bisnietos quisieron estar presentes en este homenaje. Un numeroso grupo de vecinos de la zona participaron también, agradeciendo con su presencia el gesto, la palabra y el consejo que Pepita les dio en vida.

Junto a un retrato de la homenajeada, José Alexander un niño del barrio de padres ecuatorianos a quienes Pepita ayudó cuando llegaron a la ciudad, leyó unas palabras destacando la bondad de su "abuela de España".

"Era bonita y sencilla como una flor; era generosa; a todos quería y perfumaba los ambientes en que vivía; irradiaba bondad y simpatía. Mujer humilde, laboriosa, muy creyente y devota de la Virgen del Puerto. Una mujer entrañable, simpática y buena". Después otra vecina, Ana Puerto, hizo una lectura de acción de gracias escrita por Rafael Prieto, sacerdote de la parroquia de El Salvador. "Gracias por tu entrega generosa, por tu caridad, por tu fe y tus oraciones, por tu ejemplo, todo un sol en el barrio que no se pone nunca".

Por su parte, Rafael Prieto agradeció al alcalde y a la corporación municipal su respuesta a una petición vecinal manifestada mediante la recogida de firmas entre los vecinos. "Agradecer al señor alcalde este homenaje a la mujer, cada vez que miremos esta placa sonreiremos y nos acordaremos de ella. Sus obras la alaben en la plaza y en la Ronda". Una de sus hijas también quiso dar las gracias, entre lágrimas, a todos los presentes: "Agradezco lo que han hecho. Me hubiera gustado que ella estuviera aquí y lo hubiera visto; quiero decir que mi padre era una buena persona y detrás de una buena mujer, en este caso, había un buen hombre".

Tras descubrir la placa, el alcalde se dirigió a los presentes: "El mérito no es solo conquistar o formar parte de la nobleza, sino hacer el bien y ser buena persona y éste es el ejemplo. Es emocionante ver como tanta gente valora el trabajo de una mujer que ha dado su vida por los demás sin ser religiosa. Ejemplos de estos son los que necesita ahora nuestra sociedad". El acto finalizó con un cariñoso aplauso y el canto del feliz cumpleaños a una de las hijas de Pepita.