Dicen que de todo se saca algo bueno. Incluso de que te quemen la tienda "porque por una persona mala hay cientos buenas" dice Yolanda Tejeda, que tres meses después de que un encapuchado lanzara un artefacto que le arrasó uno de los comercios más veteranos de la avenida de la Vera ha levantado cabeza. Todavía toma pastillas para conciliar el sueño, pero acaba de reabrir con mucho tesón y sólo tiene palabras de agradecimiento.

"Todavía tengo grabada la imagen de las cenizas, pero prefiero pensar en todos los clientes que vinieron a decirme que no me preocupara de sus encargos, Muebles Fernández nos dejó el local de enfrente para meter cosas, los proveedores sólo nos han dado facilidades y los vecinos, que podían haber salido muy mal parados, nos han dado todo su apoyo, como Piedad, y no sé cómo agradecérselo". La hija de Juan Tejeda, como le gusta que le reconozcan, perdió en una noche 54.000 euros y tuvo que ver cómo se quemaba el negocio familiar de tantos años de trabajo, pero ha vuelto a empezar.

"Con todo, lo peor son las horas de sueño que nos ha quitado". Se refiere al encapuchado que pudo haber causado una catástrofe en el número 16 de la avenida de la Vera, en cuyos bajos está la tienda. "Es verdad que el tiempo todo lo cura aunque es muy duro que tu hija de siete años te diga mientras la duchas que si vienes de un juicio por el hombre malo".

La justicia tendrá que señalar al culpable, pero curiosamente la tienda se quemó el mismo día en que un vecino mal avenido recibió una orden judicial de alejamiento a su familia. Lo que no debió de pasar de una riña vecinal por unos perros en celo, se convirtió en una pesadilla desde el momento en el que el vecino zanjó la discusión apredeando al marido. Ocurrió hace exactamente un año en Malpartida. "Donde vamos a seguir viviendo porque no me van a echar de mi casa aunque no puedo ni dejar salir solas a mis hijas". Suman ya tres sentencias favorables, pero el calvario sigue. Esta semana han vuelto a estar de juicio. Así es la vida de toda una familia maltratada.