Sin duda una buena forma de comenzar el 2020 es haciendo deporte. Ese propósito de año nuevo que se nos resiste al comenzar otra vuelta más en el calendario, pero que es posible.

Por ejemplo, gracias a la propuesta que para esta temporada nos ofrece el ayuntamiento placentino desde su Concejalía de Deportes, Inclusión y Diversidad, capitaneada por Isabel Blanco González, que es, nunca mejor dicho, para todos. Una amplia variedad de actividades de las que participar en la medida que cada persona pueda o quiera, o incluso de hacerlo únicamente por solidaridad hacia otros.

A tal fin se ha presentado esta semana la quinta edición del calendario del circuito solidario deportivo del Ayuntamiento de Plasencia para 2020, que puede presumir de su distinción con la medalla de la Real Orden del Mérito Deportivo, que otorga el Consejo Superior de Deportes, dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte. Ofertando desde hace algunos años un total de quince actividades, entre las que se suman como novedades, una exhibición de esgrima a cargo de la Sala de Armas Plasencia, el campeonato de natación adaptada o una yinkana deportiva para todos los públicos, a propuesta de los clubes deportivos locales.

Es esta una apuesta por y para la solidaridad de la mano del deporte en la ciudad, de la que un buen número de colectivos sociales se beneficiarán de lo recaudado durante la celebración de dichas actividades y que invita a locales y comarcanos a participar sanamente por una buena causa.

En este devenir que es la vida, la rutina suele adueñarse de nuestras decisiones y nos dejamos llevar por la inercia del día a día.

Aquí tenemos la oportunidad de añadir un día diferente en las agendas, mientras contribuimos con nuestro propio granito de arena, a mejorar la calidad de vida de muchos usuarios con más necesidades básicas que nosotros y a los que, casi sin darnos cuenta y de forma sana, podemos ayudar de un modo indirecto.

Incluir la solidaridad en nuestro paso por este mundo es más fácil de lo que pensamos y un pequeño gesto para nosotros puede convertirse en algo grande para los más necesitados. Tener a alguien en el otro lado puede contribuir a esta concienciación, pero también preguntarnos: ¿y si mañana fuéramos nosotros? Así que, hoy por ti y mañana por mí.