Sofía Corradi (Roma, 1934) ha visto reconocida una vida de estudios y esfuerzos en aras de incrementar el nivel de los universitarios europeos. El Programa Erasmus, que ella misma impulsó, ha cambiado la vida a más de 3'5 millones de estudiantes europeos en el último cuarto de siglo, con efectos beneficiosos no sólo para los propios universitarios, sino también para los profesores y el personal docente.

Corradi es licenciada en Derecho por la Universidad de RomaSapienza, completó sus estudios e investigaciones en la Academia de Derecho Internacional de la Unesco (París) y en la London School of Economics. Durante más de veinte años fue directora científica de la Oficina de Investigación de la Conferencia de Rectores (CRUI) y catedrática de Educación en la Universidad del Estado Roma Tre. Estudió en la Escuela Superior de Derecho de la Universidad de Columbia en Nueva York.

Desde su creación en 1987 el programa de Becas Erasmus ha propiciado cambios muy positivos en la vida académica europea. Sofia Corradi comenzó a diseñarlo en 1969, tras volver de los Estados Unidos con un máster que no fue reconocido en Italia. En ese momento comprendió lo importante que es el reconocimiento de los estudios en el extranjero, estudios que permiten desarrollarse en un ambiente intercultural e interlingüístico. Se puso manos a la obra y se dedicó a convencer a instituciones y universidades. Casi 18 años después la iniciativa cristalizó. Desde aquel momento, la Unión Europea ha fomentado otros programas similares como el Erasmus Mundus (becas a estudiantes de países de la UE y de fuera para cursar determinados estudios de posgrado o doctorado en instituciones europeas de educación superior) o Erasmus Plus (dirigido a todos los niveles educativos y también a la enseñanza superior).

Es la segunda mujer que recibe el Premio Europeo Carlos V. Le precedió en el reconocimiento la francesa Simone Veil en 2008 por ser un un ejemplo de defensa de lo social, de lucha, de creatividad en su hacer y crear político. En esta ocasión se concede el premio a una académica que ha cambiado la manera de ver Europa y de vivir en la Unión Europea. Este galardón se concede a uno de los grandes proyectos que fomentan la convivencia, la diversidad, el entendimiento, la cooperación y los valores europeos, y lo que es más importante, nos ayuda a eliminar esas barreras mentales y estereotipos, que son el gran escollo al progreso y a la convivencia en paz de los europeos y de todos los que habitan el continente.

Tras serle comunicado el fallo del jurado, se mostró "muy contenta y honrada por haber sido considerada para recibir tan alto honor y un premio tan prestigioso como el Premio Europeo Carlos V". Señaló en la ocasión a las agencias de noticias que "le satisface especialmente que el premio lo conceda una institución española, un país con gran espíritu europeo, y además con fuertes vínculos con Iberoamérica".

Haciendo referencia al nombre del Premio y a la figura de Carlos V, sobre cuyo imperio se decía que 'nunca se ponía el sol', afirma que "su sueño es que en un mundo más pacífico como el que pretendemos construir en nuestros días Erasmus sea un proyecto global, donde tampoco se ponga nunca el sol".

La Fundación Academia Europea de Yuste creó el Premio Europeo de Carlos V con el objetivo de reconocer la labor de aquellas personas que han destacado por su compromiso a favor del proceso de construcción de la Unión Europea o por su contribución al engrandecimiento de los valores culturales, científicos e históricos de Europa. El Premio Europeo Carlos V representa por lo tanto el espíritu de la construcción de una Europa unida.