Extremadura, España, Europa y el mundo se enfrentan al mayor desafío sanitario y económico de las últimas décadas. En esta aldea global que habitamos, donde la tecnología y las comunicaciones nos hacen a todos vecinos de todos, el coronavirus se ha convertido en nuestro problema común. Sin embargo, hay una pandemia aún más peligrosa que la del propio covid: la incertidumbre. Lo peor del actual contexto es que no sabemos qué nos encontraremos cuando todo acabe ni cuáles serán las consecuencias exactas. No obstante, hay algo que sí depende en exclusiva de nosotros: seguir trabajando día a día a pesar de las circunstancias y perseverar por conseguir el futuro que deseamos para nuestra tierra. Ante las dudas, propongo una certeza llamada Extremadura. Una certeza basada en valores, proyectos e iniciativas como ésta de El Periódico de Extremadura.

Los Premios Empresario Extremeño del Año muestran, promocionan y significan la actividad económica e industrial de la región. La fortalecen y potencian a nivel nacional. Es, por tanto, una cita ineludible. Un ventanal abierto a todo el país por donde aparece buena parte de lo que es y puede llegar a ser nuestra región. Hace 25 años tuve el honor de recibirlo. Ahora tengo el honor de celebrar su trascendencia con todos vosotros. Si estos galardones indispensables han llegado hasta aquí es debido a un trabajo minucioso y constante que se ha sostenido a lo largo de meses, años y décadas. Una mejora continua en la que creo y que ha sido clave también en el desarrollo de Grupo Industrial CL.

La esencia de la mejora continuase resume, como decían en la película italiana Cinema Paradiso, en amar lo que haces. Ni más ni menos. Así de sencillo. Encontrar en la dedicación y el esmero una alternativa a las grandes inversiones económicas que resultan imposibles en esta situación tan incierta. En definitiva, levantarse cada mañana con las ganas de optimizar todos aquellos detalles que marcan la diferencia en cualquier grupo industrial, ya sean técnicos, tecnológicos o humanos. De ese modo, cuando el presente vuelva a su normalidad de siempre y el futuro se presente ante nosotros, estaremos preparados para afrontarlos con plenas garantías. Por eso, permítanme que insista de nuevo: ante las tribulaciones del momento, propongo y propondré siempre esa certeza llamada Extremadura.

Una certeza que se asienta sobre los valores del trabajo, la cercanía y la calidad de vida. Una tierra poseedora de un patrimonio histórico y humano de dimensiones inabarcables que, además, da sentido y raíces al Grupo que tengo el placer de presidir, así como a otras tantas empresas que son esenciales para la prosperidad presente y futura de la región. Los empresarios, ya seamos grandes, medianos o pequeños, tenemos una gran responsabilidad para con Extremadura. La responsabilidad de crear riqueza, pero también de fomentar valores como la tolerancia interpersonal y el respeto al medio ambiente, así como ayudar al desarrollo de las nuevas generaciones, esas que seguirán luchando por esta maravillosa tierra cuando nosotros ya no estemos. A ellos debemos dejarles el mundo más justo, sostenible y tolerante posible.

No quiero ni puedo negar que soy un enamorado de esta tierra y de todo aquello que la hacer crecer y mejorar. De Jerez de los Caballeros, de su comarca; de la provincia de Badajoz y también de la de Cáceres. No puedo ni quiero negar que soy un enamorado de Extremadura y, por ese mismo motivo, la adquisición de Grupo Gallardo Balboa por parte de Grupo Industrial CL supone para mí uno de los mayores retos de mi vida. Y ha sido precisamente ahora, sin esperarlo, con la edad a medio camino entre los 60 y los 70 años, cuando se presenta la oportunidad de seguir aprendiendo en el mundo de la empresa, de vivir un nuevo desafío que asumo con enormes dosis de ilusión y responsabilidad, ya que el Grupo pasa a tener casi 3.000 trabajadores con sus respectivas familias.

MÁS ILUSIONADO QUE NUNCA.

Reconozco que estoy más ilusionado que nunca, con las ganas intactas de seguir adelante. Igual que si fuera el primero día y acabara de empezar. Y es que, al final, ya lo escribió el estadounidense Francis Scott Fitzgerald: «Nunca es demasiado tarde o demasiado pronto para ser quienes queramos ser». Con esa ilusión he vivido desde que empezara a trabajar hace más de medio siglo y con esa ilusión pretendo seguir siempre. Por eso, creo que cada mañana tiene sentido por sí misma. Es la voluntad, el esfuerzo y la constancia la que nos lleva hacia donde queramos ir, sin importar las dificultades del momento o los años que tardemos en conseguirlo. Todo pasa y todo queda, dijo también el poeta. No hay dicha ni mala fortuna que dure para siempre y, por ello, la mayor suerte es que nos guste lo que hacemos porque, así, la mayor recompensa será no dejar de hacerlo nunca.

Cierto es que las ganas de progresar no nos pueden poner una venda en los ojos. Este 2020 ha sido, cuanto menos, peculiar. Regular para algunos, malo para otros y muy malo para muchos. Nadie lo puede negar a pesar de que prácticamente nadie pensara que a nosotros nos podría pasar lo mismo que a China. Por eso, cuando pienso en los principales proyectos y objetivos empresariales de cara a 2021 siempre hay una palabra que aparece muy por delante de todas las demás: estabilidad. No podemos ni debemos poner las metas a larga distancia, sino trabajar para que cada día aporte algo más, algo mejor, algo nuevo con respecto al anterior. Esa filosofía que se ha hecho tan célebre gracias al fútbol es la que debe regir el momento por el que transitamos: partido a partido… y, después, que el futuro nos encuentre preparados.

Creo que para superar con mejor nota este duro examen al que nos enfrentamos debemos insistir en nuestras respectivas labores, ser proactivos, recurrir a la creatividad tanto como necesitemos y, así, ofrecer un valor añadido. En definitiva, el camino hacia el futuro, si lo transitamos apoyándonos los unos a los otros, será la mejor forma de salir más fuertes de esta situación. Más fuertes significa más eficientes y efectivos, pero también más solidarios y respetuosos, conscientes de que en las empresas, como en la propia vida, el trabajo en equipo siempre trasciende a la soledad del individuo.

Para ello, hay que propiciar un entorno laboral donde los trabajadores sientan orgullo de pertenencia, así como la certeza de trabajar en un proyecto común donde estén integrados en el grupo y vinculados a los objetivos de la compañía. Son tiempos donde el factor humano resulta indispensable. Por ello, debemos reflexionar también sobre qué tipo de sociedad queremos, qué tipo de comunidad autónoma deseamos y qué modelo de país pretendemos construir.

REINDUSTRIALIZACIÓN.

Si algo nos ha demostrado esta pandemia es que un territorio industrializado es siempre un territorio más fuerte y mejor preparado ante cualquier imprevisto. Es necesario, por tanto, que desde el mundo de la empresa impulsemos la imprescindible reindustrialización que tiene pendiente nuestro país. Una reindustrialización que redundará en la creación de un trabajo estable y de calidad, que nos hará más autónomos e independientes ante las fluctuaciones del los mercados internacionales. Circunstancias que, como hemos visto a lo largo de los últimos meses, han llegado a imposibilitar algo tan importante como la adquisición de material sanitario.

Una industrialización que, además, trascienda más allá de los grandes núcleos urbanos para que también sea un eje vertebrador en todo el país, ya que un país será fuerte si sus núcleos rurales también son fuente de riqueza y generadores de empleo. Evitaremos así que la economía tenga dos velocidades y muchas desigualdades dentro del propio país.

Para ello, debemos poner los medios con el fin de que ‘España’ y ‘vaciada’ dejen de ir en la misma frase. En Grupo Industrial CL estamos convencidos de que esa evolución es posible y, por ello, no sólo apostamos por la imprescindible rentabilidad de nuestras compañías, esencial para mantener los puestos de trabajo, sino también por aquellos aspectos cualitativos basados en la educación, la cultura y el desarrollo tecnológico.

Nuestra vertiente fundacional, uno de los proyectos más ilusionantes de finales de 2020 y principios de 2021, incidirá en la educación y en la formación de las nuevas generaciones a partir de un método de máximas garantías como es el de María Montessori, pero, además, propondrá esta iniciativa como incentivo para atraer a familias de trabajadores que quieran desarrollar sus respectivas carreras en el privilegiado entorno extremeño.

Estamos decididos a colaborar a que Extremadura sea un lugar donde los padres puedan encontrar un trabajo de calidad y los hijos, una educación bilingüe y de máximo nivel que sea accesible para cualquier nivel adquisitivo. Si al nacer somos todos iguales y es el nivel de formación el que nos diferencia a lo largo de la vida, nosotros queremos que el mayor número posible de niños extremeños pueda educarse en la mejor educación posible.

Esa es nuestra forma de contestar a eso que algunos definen de manera catastrofista como ‘la España vaciada’. Extremadura será lo que queramos que sea. Por recursos, capacidad, potencial, tolerancia, paisaje, monumentos, gastronomía, empresas, ideas y creatividad, Extremadura siempre es una certeza ante cualquier duda. Por ello, larga vida a los Premios Empresario del Año, larga vida a nuestra región y larga vida a todos los extremeños que día a día trabajan para que este lugar sea cada vez mejor.

Ricardo Leal

FUNDADOR Y PRESIDENTE DE GRUPO INDUSTRIAL CL