A pesar del incierto panorama a nivel económico que estamos atravesando en los últimos tiempos, en Extremadura existe un enorme potencial para desarrollar proyectos innovadores, especialmente en el ámbito energético, que es donde Pitarch Grupo Empresarial ha desarrollado su actividad principal desde hace más de 80 años.

Echando la vista atrás, el fundador de nuestra empresa, don Eduardo Pitarch Renau (1908-2004) se estableció en Extremadura en los años 30 para interesarse por los molinos que tenían fábricas de harina durante el día y producían electricidad de noche. En aquella época, España no pasaba por momentos de estabilidad en el ámbito socioeconómico, y Extremadura en particular, estaba a la cola del desarrollo industrial que se venía produciendo en otros territorios.

Pero a pesar de todo ello, decidió iniciar su proyecto, absolutamente innovador para los pequeños municipios de nuestra región, y con grandes dosis de trabajo, tesón e imaginación, comenzó a iluminar nuestros pueblos. Es posible que, en su momento, muchos consideraran su idea un tanto descabellada, sobre todo teniendo en cuenta la difícil situación que atravesábamos, pero años más tarde, pasó a ser reconocido como un visionario que estableció las bases para que nuestro grupo empresarial cuente en la actualidad con más de 65.000 puntos de suministro en Extremadura, y genere el consumo equivalente de 4.500 hogares.

Precisamente en la primera edición de los Premios al Empresario del Año en 1997 de El Periódico Extremadura, se reconoció la trayectoria de don Eduardo Pitarch Renau, poniendo de manifiesto su compromiso con nuestra tierra para dotar de suministro eléctrico territorios donde nadie quería llegar.

La situación actual, como la de aquellos años 30, es si cabe una más desconocida. Lo que no deja lugar a dudas es que la energía, y más concretamente la eléctrica, es absolutamente imprescindible para el desarrollo de los territorios y el bienestar de las personas.

Precisamente, durante la reciente situación de alarma sanitaria, y en una situación de paralización general de la actividad, el sector eléctrico ha cumplido con creces su compromiso como servicio esencial para la sociedad, adaptando sus procedimientos y operativa interna, y garantizando la calidad y continuidad del suministro a todos los niveles, posicionándose como un sector clave y estratégico para la economía.

Y cada vez su protagonismo será mayor, puesto que se plantean escenarios de grandes cambios, no solamente a nivel tecnológico sino también a nivel de cómo utilizamos los recursos disponibles, siempre con el foco puesto en la responsabilidad medio ambiental. La necesidad de sustituir los combustibles fósiles por otras fuentes de energía sostenibles está cada vez más interiorizada en la sociedad.

En Extremadura, exportamos un volumen muy significativo de la energía que generamos. Más concretamente, en torno al 75% de la energía que producimos se utiliza en otras regiones, según el informe de la Junta de Extremadura Balance eléctrico 2018. Si bien es cierto que contamos con el aporte de la central nuclear de Almaraz, que ya cuenta con un plan de desmantelamiento a medio plazo, también contamos con el aporte histórico de la energía hidráulica, y más recientemente con la aportación de parques eólicos y fotovoltaicos de gran potencia cuyo volumen de producción de energía se multiplica exponencialmente año tras año.

En algunos casos estos proyectos vienen de la mano de las grandes eléctricas, pero en otros casos, son las pequeñas y medianas empresas locales las que comienzan a impulsar el nuevo modelo energético.

Además, estamos experimentando una importante penetración de las energías renovables a nivel de los usuarios finales, que tiene como consecuencia la aparición de recursos energéticos distribuidos.

Todos estos nuevos aportes al sistema eléctrico, con sus diferentes implicaciones desde el punto de vista de la generación de recursos y la operación de las redes, están impulsando la necesidad de la modernización de las redes actuales con una clara tendencia a futuro hacia redes inteligentes de electricidad.

Las redes inteligentes, aunque cuentan con un importante margen de desarrollo, ya comienzan a tener visibilidad mediante determinadas actuaciones encaminadas a proporcionar una información cada vez más detallada a los consumidores a través de sistemas de medida inteligentes.

En este sentido, las distribuidoras soportaron una importante inversión en los últimos años para sustituir la totalidad de sus equipos de medida por modernos aparatos preparados para ofrecer una facturación detallada por franjas horarias. Además, se establecieron sistemas de comunicación entre los diferentes agentes del sistema eléctrico para el intercambio de ficheros y la automatización de procesos tales como aumentos de potencia, cambios de comercializador, o la toma de medidas en tiempo real.

Y será en el transcurso de los próximos años donde aparecerán nuevas soluciones relacionadas con el almacenamiento, que impulsará el desarrollo del vehículo eléctrico y la red necesaria para su implantación definitiva. Además, la operación y mantenimiento de las redes evolucionará a procesos cada vez más automatizados que permitirán una gestión dinámica de los recursos, y en los que la tecnología jugará un papel clave.

El futuro del sector eléctrico, o más bien el presente, es renovable, es tecnológico, es colaborativo, es sostenible y, en el caso particular de Extremadura, alberga grandes oportunidades puesto que estamos en el punto de mira de importantes proyectos que deben posicionarnos estratégicamente como generadores de recursos energéticos para atraer inversiones industriales y abastecer otros territorios.

Alfonso Pitarch

CONSEJERO DELEGADOELECTRICAS PITARCH