Franco lo llamaba Azorín porque era más pequeño que la embarcación de recreo que mandó construir en 1949, pero, en realidad, su nombre también es Azor. El primer yate de Franco --en el que el dictador hizo sus primeros pinitos en la pesca del atún y que acogió en 1948 una reunión con Juan de Borbón para tratar la cuestión sucesoria-- está a la venta por 1,2 millones de euros. Esta cantidad es la mitad de su valor, según el actual propietario del barco.

El yate es de un armador holandés que lo adquirió en 1983 y lo ha puesto a la venta en España a través de su representante, Tom Juijn, con oficina en Cartagena (Murcia).

Tom Juijn ha informado a este diario que el barco, amarrado en el puerto de Amsterdam, está a la venta en todo el mundo. Sin embargo, el dueño cree que en España cuenta con un valor añadido. "Aquí tiene historia", asegura su representante.

POCO EXITO Según Juijn, el actual propietario del yate, de 76 años y convaleciente de un infarto, lo tiene a la venta por la mitad de su valor porque tiene prisa por venderlo. De momento, sin éxito. Quizá no ayuden los símbolos franquistas del barco, como el escudo del dictador y su retrato en el salón.

El Azorín se construyó en Kiel (Alemania) en 1925 con madera de roble y fresno. Mide 30,75 metros de eslora por 5,64, de manga y 2,33 de calado, tiene un desplazamiento de 110 toneladas y alcanza una velocidad de 16 nudos. Aparte del camarote del armador --el mismo en el que durmió Franco de 1946 a 1949--, con un cuarto de baño con mármol de carrara, tiene otros cuatro camarotes dobles con baño.

Algunas empresas, como Heineken y Lladró, están interesadas en alquilar la embarcación para seguir la Copa América de Vela en Valencia 2007. Según Juijn, "el barco es ideal para que las grandes empresas inviten a sus clientes y puedan observar de cerca el campeonato o para realizar excursiones". Hasta ahora todos los interesados han considerado un problema que el barco esté en Amsterdam.

LARRAÑAGA SE SEPARA La turbulenta historia de amor entre Carlos Larrañaga, de 68 años, y su tercera esposa, la periodista María Teresa Ortiz-Bau, acabó ayer oficialmente ante el juez. El verano pasado, el actor anunció a su entonces mujer que daba por terminada la relación. Y lo curioso es que utilizó las páginas del ¡Hola! . Ahí empezó un culebrón verité con sede en los platós, en el que los protagonistas airearon intimidades.

LOS INSULTOS DE NIXON La hoja de servicios de Richard Nixon sumó ayer un nuevo lamparón. La prensa india difundió una conversación entre el expresidente de EEUU y su consejero de Seguridad, Henry Kissinger, en la que el mandatario dice: "Hemos hecho la pamema a la vieja bruja".