Natural de Barcarrota, con 49 años, Alfonso Macías Gata, economista y empresario del sector de la perforación y captación de aguas, gobierna su pueblo como alcalde del PP con el apoyo de IU, por segunda vez, pues ya lo hizo también con un pacto con la formación de izquierdas el 2003, con mandato socialista en medio, que, como él reconoce, es el partido que tiene más apoyo sociológico tradicionalmente.

Con 3.800 vecinos y a 49 kilómetros de Badajoz, Barcarrota, el lugar de nacimiento de Hernando de Soto y donde se descubrió la biblioteca histórica que lleva su nombre, pugna por salir adelante y sacar provecho de todos los elementos de los que dispone para salir adelante: en el campo, con una de las plantaciones más extensas de higueras y el ganado; en el turístico, con la gastronomía y la historia; en el tercer sector y el ámbito público, con iniciativas y talleres de empleo.

--¿De qué vive Barcarrota?

-- Del ganado sobre todo, porcino, vacuno y algo de ovino; de la agricultura sobresale la higuera, somos ahora mismo el municipio que más hectáreas tiene de higuera y es un recurso con potencial, con buenas cosechas, es una fuente de ingresos importante y lo estamos potenciando. Pero la situación está mal en la ganadería y al no tener industria, te encuentras que la única empresa es el ayuntamiento y tiene que hacer verdaderas locuras para resolver la papeleta.

--Fue alcalde del 2003 al 2007 y ha recuperado el gobierno local con apoyo de IU, después de una legislatura socialista, que usted achacó a la necesidad de un cambio, ¿a qué se debe el cambio?

-- Creo que el problema es que el PSOE ha gobernado de forma muy dictatorial. Como sociológicamente ha sido y sigue siendo un pueblo de centro izquierda, en las elecciones generales el PSOE sigue ganando en Barcarrota, pero creo que eso ha llevado a que los candidatos locales estén por encima del bien y del mal, y creo que ese es el motivo. Pero el cambio de voto es un signo de modernidad, de mantener actitud crítica.

--¿Qué ha cambiado desde el 2003 hasta hoy?

-- Hemos ganado 250 vecinos en los últimos cinco años, después de haber perdido población hasta 2005 y 2006, sobre todo por las circunstancias económicas y el retorno de emigrantes. Barcarrota ha estado viviendo, aparte de la ganadería, de la construcción y ahora te quedas prácticamente sin nada porque la actividad empresarial es muy baja.

--¿Qué posibilidades tiene Barcarrota de despegar?

-- La situación ahora es de estancamiento, el tema ganadero no se encuentra bien y la circunstancia económica general no es buena; hablamos de una población con un 34% de paro, la media de la provincia de Badajoz.

Tenemos una residencia de mayores con 23 puestos de trabajo y lo que hacemos desde el ayuntamiento por fomentar empleo público, que es la única forma de atenuar la situación. Yo soy partidario de la iniciativa privada, pero en circunstancias como estas hay que tirar de lo público. Tenemos un centro especial de empleo con 11 trabajadores y queremos ampliarlo; y las obras municipales, las hago todas por la administración, para dar trabajo al mayor número posible de personas.

--¿Qué proyectos tiene su gobierno para el pueblo, cómo ve su futuro?

-- El futuro pasa por varias cosas. En primer lugar, por que el ciclo ganadero que ahora está a la baja, lo lógico que es que vuelva a un ciclo alcista; por otro lado, tenemos un convenio con la finca La Orden para tener un campo experimental en tierras comunales para plantaciones de distintas variedades de higueras y creo que eso tiene un potencial de futuro importante; y en el sector sociosanitario, tenemos un proyecto de una macrorresidencia de mayores, que estamos pendientes de que el empresario inicie la actividad para dar servicio a la provincia, parte de Portugal y norte de Andalucía, y que espero que se desarrolle.

--¿Qué valor tiene la historia para Barcarrota?

-- La historia de Barcarrota la marcan mucha cosas: las iglesias de Santiago y de la Virgen del Soterraño, la fortaleza convertida en plaza de toros de mediados del XIX, la figura principal de Hernando de Soto, que el año pasado celebramos 50 aniversario del hermanamiento con Bradenton, de la bahía Tampa, en Florida, que vienen desde hace 40 años, y es un hermanamiento activo, pues ellos vienen todos los años y nosotros mandamos a un joven de intercambio, desde el 2003. Esto ha situado a Barcarrota en el mundo, por eso queremos adquirir la casa donde nació Hernando de Soto para convertirla en museo y crear una ruta en el pueblo.

--A raíz de un feliz hallazgo, hay una biblioteca con el nombre de Barcarrota que circula por toda España, ¿Qué les reporta?

-- Bastante, todo lo relacionado con ello tiene una importancia trascendental. La aparición en el 1992 de los libros emparedados, un doblado con cajas de libros que nadie sabía qué eran, resultan ser de un valor incalculable, con el realce del 'Lazarillo de Tormes', desde luego es una potencialidad.

Hace un mes estuvimos en un congreso de juderías en Guarda, Portugal, y se quedaron maravillados con la biblioteca, con el tema judío de Francisco de Peñaranda, el médico que guardó los libros entonces prohibidos. Además, tratamos que entrar en la Red de Juderías con las tres calles del barrio judío que tenemos, un tema importante en relación a la biblioteca.

--¿Tienen algún proyecto con la Junta?

-- Está pendiente de funcionar un taller de empleo de albañilería y hemos solicitado otros dos más. Tenemos una emblemática plaza de toros, que con la importancia que quiere darle el presidente a este tipo de edificaciones históricas, es un potencial. Barcarrota tiene una plaza dentro del patio de armas de un castillo, lo que le da una peculiaridad; es única y es otra potencialidad.

Pero tenemos otras referencias, además de Hernando de Soto, como Alberto Contador, que su familia es de Barcarrota, y otra es nuestro cocinero Javier García, alma mater de certamen gastronómico de Barcarrota desde el 2005, que la verdad es que le está siendo una referencia con el cerdo ibérico, como certamen monotemático, pero ya es referencia nacional, y tenemos a las primeras figuras de corte de jamón que han pasado por el pueblo.